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sábado, 25 de agosto de 2007

AVE FÉNIX

Apoyada sobre la barandilla,
restregando mar e inclemencias.
Temblaba ante lo inmenso, pensativa,
cayeron lágrimas estrujando un clavel.

Hay tormenta y regresa en la bici
hasta la casa de las brumas y los riscos.
Toma un poco de anís y piensa...
Piensa... ¿qué va a ser de mi?

Se adormece junto a la chimenea y sueña...
sueña... con corceles negros y brillantes,
con una paloma blanca sobre el alfeizar
y una brisa que le restaure el alma.

¿Qué va a ser de mi? Melancólicamente
se deja llevar y se acuerda de Ítaca,
de las casas blancas, de las Islas Dóricas
y no hay nadie.. Sola. Siempre sola.

Puede que el amor sea desmayo
y la vida aproximarse a la muerte.
Si pudiera coger un navío hermoso,
o montar sobre las alas del águila...

¿A quién se lo podría contar?
La noche es tan profunda
y las antorchas que queman tanto
terminan de arder y está a oscuras.

¿Qué va a ser de mi? Mañana cambiaré
para ser más fuerte que un huracán
y cuidaré de mi rosal y de mi soledad.
Seré yo misma mi propio amor.

Amanece... abre los ojos y ve un espejo
sostenido por un ángel de paz y sosiego.
Tengo todo por hacer y ese olor a lilas
me dice que vaya en busca de belleza.

La espita del futuro derrama peripecias,
se acerca, poco a poco, a la acuarela de la vida
y observa el navío brillante al que impele
un ave fénix que la resurge ¡Vive!

¿Dónde está la casa de los ángeles?
¡La lleva dentro, señorita, la lleva dentro!
Y... emprendió el camino de la lucha
y la búsqueda. Nunca dejó de amarse.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hoy me he quedado sin palabras,... solo te dire que según te leia, he llorado.
Gracias.

25 de agosto de 2007, 2:21  

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