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sábado, 10 de noviembre de 2007

¿SE ACORDARÁ DE MI? (vuela pluma)

Pues ya le digo, iba yo al Ramón y Cajal a ver si podía dormir un poco. Pensando y pensando y haciéndome preguntas: Que si me voy para el pueblo, que si no me voy, esas cosas que se me pasan por la cabeza, que no me funciona correctamente, y venga a pensar en el pueblo, así iba a las cinco de la mañana y veo que se mueve algo en una caja que había a la puerta de una casa de ricos y digo yo, algo se mueve, me acerco y ¡coño! pero si es un perrillo, miro para un lado y para otro y ni un alma, cojo la caja y me escondo en un solar y alli a la luz de la luna, lo miro bien ¡qué guapo es!, nada de pelo y tan bonito y lo pongo en el suelo y el detrás de mi y yo bailaba y el perro detrás de mi y empezó a menear el rabo, asi que me dije: con el perro no puedo ir a dormir, total que nos fuimos a la Dehesa de la Villa y claro pensé: hay que darle de comer. Miro al bolso y ni un euro y mire usted lo que son las cosas, digo yo: joder, con un perro y sin un euro, caminabamos juntos, lo cogía en brazos, lo dejaba en el suelo y ¿sabe lo que pasó?, pues fácil, digo yo anda que mira lo que hemos encontrado y diez euros en el suelo, se lo juro, asi que en cuanto abrió el Dia, nos compramos un poco de comida y resistimos un par de días jugando los dos como si fuéramos chiquillos y claro, me dije ahora somos dos, tendré que trabajar más. Venía al trabajo como aquel que dice y a limpiar por aquí y por alli y a usted no le dije nada por si no le gustaba, pero yo llevaba por dentro la idea de mi perrillo, ¿cómo estará?, porque lo dejaba escondido entre unas ramas de un jardín y alli se pasaba el rato hasta que llegaba yo, le decía: nada, que te tienes que poner a dormir hasta que vuelva y el perro me miraba con unos ojillos de pena, y le decía tu tranquilo, que vuelvo con comida para los dos y trabajaba y a usted ni pío y claro yo limpiaba y limpiaba y mi perrillo ¿como estará?, mira que si me lo roban. Así que me daba prisa y trabajaba más acelerado y venga a pensar en el perrillo y en cuanto antes, coger la comida y para allá y el perro dormidín, y le decía hala, despierta que ya llegué y se ponía mas contento..., se salía de la caja y bailaba a mi alrededor y venga a mover el rabo, porque es muy listo y tan contento, le ponía la comida y comía todo y yo mi bocadillo y le daba las migas y algo de jamón de york y éramos la pareja ideal, los dos tan amigos, tan hermanos o más, cuántos hermanos hay que ni se hablan y claro al cabo de tres o cuatro días ya no me aguanté y se lo dije a usted, que es tan serio. Y me dijo: eso no puede ser. Ya me jodió. Así que le hice caso y era el perro o yo. Así que decidí que el perro y total que fué cuando la cabeza me dió la solución. Cogí la bolsa y envuelto en un jersey metí al perrillo y entre lo que usted me dió y tal conseguí dinero para el autobús y ¿se acuerda que se lo vine a enseñar? Mire, el perrillo... ¿a que es muy bonito? Eso es, precioso como usted dijo. Que se me quedó grabado dijo: ¡Qué perro más precioso! y usted que es tan serio y que tanto me ayuda, pues le dije, mire: va dormido y le he dicho que no se despierte hasta que llegue al pueblo ¿Sabe lo que pasó?, pues que no se despertó hasta que no llegamos al pueblo, mi pueblo es el mismo que el de Sara Montiel, pues el perrillo en la bolsa y de vez en cuando le abría la cremallera para que no se me ahogara y tan dormidín y el caso que llego al pueblo, a la casa. Entro en casa y me dice mi hermana que me cambie de camisa. Ella al perro no le hacía mucho caso, la verdad, asi que me voy a poner una camisa limpia que tenía en el armario y al cogerla me doy cuenta de que la etiqueta del cuello pone "Rex" y me digo, pero coño, aquí está el nombre del perro. Lo cogí en mis manos y le dije: mira, perrillo, a partir de ahora te llamas "Rex" yo te bautizo como "Rex". Mi familia es una familia de perros, a ver si me entiende, que nos gustan los perros de siempre, pero no, éste "Rex" no le gustaba a mi hermana, así que me dije, el perro es mío y le compré un collar y lo llevaba a todos los sitios conmigo. Es un labrador, marrón claro, café con leche pero algo menos y con el pelo corto. No vea cómo me quiere, es el único que me entiende. Imágine, cuando vine le dije "Rex", mira, no le des guerra a ésta mujer, por mi hermana, que si no te echa de casa. Obedece y espera, que en un mes o dos vuelvo. Así que en el autobús y casi todas las noches me acuerdo de él y se me caen unos lagrimones. Voy a ver si gano un poco y vuelvo y ¿sabe una cosa?, ahora trabajo con más ilusión, es otra boca más que alimentar. Ya le digo ¿A que es bonito "Rex"? Si ya lo decía yo ¿Cómo estará ahora mi Rex? ¿Se acordará de mi? A lo mejor si.

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