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domingo, 23 de septiembre de 2007

LA TORTILLA DE PATATAS y V

LA TORTILLA DE PATATAS (y V)
Queda muy poco. Ahora mientras se termina de hacer la otra cara, voy fregando el plato y limpiando toda la encimera como dios manda. Mientras la tortilla se hace da tiempo a todo. A pensar, a elucubrar, a fantasear, delirar y todo lo que se le venga a uno a la cabeza. La verdad es que cocinar me encanta por eso. Por ejemplo, pensaba yo ahora en que... la vida está llena de pensamientos, que la cabeza no para ni un segundo de producir emociones y sentimientos. Que la cabeza, tal vez el corazón, es la fuente inagotable y fértil que nos da fuerzas para seguir y seguir por el tortuoso camino de la vida. Todas las locuras que se me ocurren me llevan a ese estado mágico en el que siento que aún lo tengo todo por hacer. No tendré tiempo ni para empezar de tanto como me queda por hacer. Aquel sitio era un almacén de personas, un cementerio viviente de seres humanos en la decrepitud de su vida. La cúpula del recinto servía de techo para el gran patio cuadrado, soportado por grandes columnas circulares de piedra. Los ancianos esperaban y esperaban. Muchos en sillas de ruedas, otros a la mesa jugaban solitarios interminables. Los más fuertes paseaban y paseaban. Un señor, elegante, alto, muy derecho, con sombrero de fieltro, dejaba tras de si un halo de elegancia y dignidad. Le observé y salí al jardín. Me senté en un banco a fumar un cigarro. Pocos minutos después, aquel hombre, tímidamente, se sentó al otro extremo de mi banco. Se quedó en silencio y le observé más de cerca ¿Cómo está usted? Bien, jodido, pero bien. Hace buena tarde ¿verdad? Eso a mi me da igual, lo que me jode es que me tienen encerrado aquí. Esto es una cárcel insoportable. Si tuviera una pistola me pegaría un tiro. Pero hombre, no diga usted eso, la vida es lo más hermoso que hay. A mi me lo vas a decir. Mi mujer me quería mucho y yo a ella, pero se murió, mis hijos me han metido aquí en contra de mi voluntad y sólo pienso en escaparme de aquí ¿Tu me podrías sacar escondido en el coche? Ya está la tortilla terminada ¡Qué maravilla! Doradita, huele a estar riquísima. Creo que es la tortilla más guapa de todas las que existen, como la mía no hay otra en el mundo. Únicamente por una cosa: “la hice yo”.

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