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domingo, 4 de enero de 2009

HAIKUS INMORTALES

BASHÒ

Bashò (1644-1694) es el verdadero padre del jaiku. Como especialmente crucial debe considerarse su poema:
Un viejo estanque.
Se zambulle una rana:
ruido del agua.
Compuesto en 1648 cuando el poeta tenía cuarenta años, y marca el origen de su estilo maduro. Conocida es la versión esperpéntica de Valle-Inclán:
El espejo de la fontana,
al zambullirse de la rana,
¡hace chás!
Devoto del zen desde 1681, Bashò fue una personalidad serena y religiosa, un verdadero "poverello" itinerante, para el que el jaiku fué un "camino" de perfección.
He aquí algunas de las enseñanzas del maestro:
- No sigas las huellas de los antiguos. Busca lo que ellos buscaron.
- Los versos que algunos componen están excesivamente elaborados y pierden la naturalidad que procede del corazón.
- El verdadero jokku no debe ser una amalgama de diversas cosas, sino oro batido.
- El valor de la poesía es corregir las palabras ordinarias. Nunca debemos tratar las cosas descuidadamente.
- Los pensamientos que existen en mi corazón sobre la belleza de las cosas de cada estación son tan numerosos como las arenas de la playa.
A diferencia de Onitsura, que fué un poeta sin escuela, Bashó contó con innumerables discípulos y una influencia extraordinaria, aun antes de morir.
De viaje enfermo,
mis sueños por eriales
van divagando. (Poema final.)

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