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miércoles, 17 de junio de 2009

EL VIAJE DE LOS SUSURROS

Emilijka Bordaieva, (1966, Sarajevo),
expone parte de su obra pictórica en Torrelaguna, (Madrid).
EL PAÍS
-I-
(Pintora emigrante).

Emigrante de mi misma, habitada de ausencia e ignominia,
que pinta fuego entrecruzado de balas perdidas y postes de luz.
Regreso de exhibir óleos, yo que esculpo palabras
con pinceles rojizos, abstractos y ocres como carne seca.

Si mi madre me hubiera visto tan arreglada y digna,
si mi padre hubiera podido oír cómo aplauden los aduladores
a su más tierna y frágil hija, que tiembla como una vara verde,
ante los cumplidos de los hombres que lo dirigen todo.

Nadie lo sabe, sólo ven la pátina etérea que se ve,
no perciben cómo se desmorona mi identidad y se desgarra
la piel y el desperdicio de poros saturados de pólvora,
escombro y detritus, que mastican los perros con espuma en la boca.

Nadie sabe la verdad porque duele tanta lápida de olvido.
No perciben cómo se cae la piedra de la casa y como se pudre
la intimidad pretérita que me obliga a asesinar la memoria, ¡Dios!,
la memoria mía y la de los que se desangraron en las aceras.

¿Qué pueden saber los que miran? Que mi pelo es negro y turbulento,
que mis senos magnetizan miradas y que el perfilador carnoso
humedece y hace prisionera mi sonrisa, que es hielo, antes de florecer.
¡Nadie lo sabe! No interesa un misterio de cuarto con derecho a cocina.

¿Quién dijo que son bonitas mis naturalezas muertas?

-II-
(La niña que susurraba a los libros).

En el tiempo primero, todo era primavera
y azulada serenidad entre todos nosotros.
Feliz niña a la sombra del tilo y el limonero
junto a Dorian, mi hermano jugando con trenes.

¡Qué hermosa eres Emilijka!
¡Mira como salta la rana en el estanque!

Mi padre me regalaba libros y cuadernos
que yo adoraba como un tesoro en cofre.

De noche, susurro tras susurro...
¡hablarme, hablarme!,
y el eco:
“!eres princesa, nuestra princesa!”

¡Qué preciosa eres Emilijka!.
¡Mira que libro más hermoso te traigo!

¿Nadie se da cuenta de que tanta belleza duele?

-III-
(Temblores de luna en Sarajevo)

Cuando los temblores de luna, incunables destrozados
por los sádicos que arrasaron historia, cultura, identidad...
lo saquearon todo y nadie hizo nada ¿Oís bien?
Nadie hizo nada ¡Cuánto duele saberlo!

Mi madre, junto al semáforo, cuando un alumno cruzaba.
Mi padre, cerca del piano de la biblioteca que dirigía.
Mi hermano, secuestrado y fusilado por negarse.
Y yo... ¿qué fue de mi? La vida es vivir solamente.

Adiós a los ruiseñores del jardín, al estanque verde
y a estrenar albas para sembrar susurros de aliento.
Adiós destrozados para todos los que me conocieron.

El cadáver que llevo dentro, nació junto al Arte roto
y me indica que olvide las palabras inútiles y huecas.
El sendero hacia las tapias del cementerio habita sombras.

Emilijka Bordaieva...
o viajas lejos o se te mueren los susurros de por dentro.

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