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jueves, 26 de abril de 2007

LA AMANTE

Sabía que la felicidad es un bien escaso y como acababa de saborearla, no pudo por menos que fumarse un cigarro en la cama junto a su amante. Se contemplaba de reojo en el espejo, con aquella cara de satisfacción plena, después de una buena sesión de placer con su nueva compañera. Hacía círculos de humo y trataba de apurar aquel momento tan grato.
Atrás quedaban más de veinte años con su ex mujer con la cual no había podido disfrutar plenamente de todo su potencial como hombre, ni llevar a cabo sus más inconfesables fantasías eróticas. Aún tenía grabadas en su mente aquellas muestras de des apego y desinterés sexual por parte de la que había sido su compañera.
Al principio su ex incordiaba con las preocupaciones domésticas. En pleno acto, interrumpía: “cariño vete a apagar la luz de la cocina. Cariño, vete a ver si dejé la lavadora encendida. Cariño, baja, baja, que andan los niños por el salón”. Como era de gustos tradicionales le extrañó que a su esposa, en los últimos meses, le gustara hacerlo en el sofá y ponerse encima. Hasta que un día la descubrió con el mando a distancia.
Afortunadamente su amante era un sueño hecho realidad. Con ella podía hacer todo lo que siempre había deseado. Incluso fumar en la cama el cigarrillo de después. La miró de soslayo y fue tanta la ternura y emoción que le embargó, que con su abrazó inmensamente intenso y apasionado le hizo una quemadura. Le miró a la cara como para pedirle disculpas y notó que arrugaba un ojo. Su amante no tardó ni tres minutos en desinflarse del todo.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me ha gustado, creo que eso, se suele dar en la realidad en muchas parejas pero al final me he reido ¿era una muñeca hinchable? Feliz fin de semana.
Luna del Alba

27 de abril de 2007, 2:39  
Blogger Evaristo Cadenas ha dicho...

Gracias Luna de Alba. Claro que era una muñeca. Eso es para que se vea lo que pasa cuando pasa lo que pasa. Los desesperados recurren a cosas mucho mas increibles que las muñecas. Pero eso es otra historia. Que lo pases bien también tú, amable lectora. Besos.

27 de abril de 2007, 3:08  

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