Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

martes, 12 de junio de 2007

EL APRETÓN DE MANOS

(despedida de Julio Gavilán)

Hay que tener mucho cuidado cómo se aprieta la mano. Me enseñaron que de la forma de apretar la mano, al saludar o despedirse, se transmite una impresión u otra. Cuando recibes una mano hay que apretarla con calidez y fuerza calculada para que el que la recibe note simpatía, afecto, interés por transmitir deseo de comunicación. No es agradable que la otra parte te devuelva ese cálido apretón con desgana, con dejadez, como si se tratara de un trozo de pescado muerto. Siempre aprieto bastante. Al despedirme de Julio Gavilán, tuve que preguntarle cómo lo hacíamos, si con mucha fuerza o con poca ya que sus manos están retorcidas y secas por la artritis u otras dolencias musculares. Sonrió y cogiéndome la mano con todas sus fuerzas me apretó y me atrajo hasta él para que le diera un abrazo. Su abrazo fue fuerte, cálido, emocionado, de un calor humano y una ternura indescriptible. Con la misma fuerza y afecto se lo devolví. Julio no pudo contener las lágrimas. Pero hombre, Julio, a éstas alturas ¿vas a llorar? Algún día pasaré a verte. Emanistooo, es muy triste que no vengas como antes. Tranquilo Julio, tranquilo. Cuando pueda vendré y mientras tanto te llevo conmigo en el corazón. Adiós Julio. La entrevista que te hice gustó mucho. Hay gente de Argentina, de Sevilla, de Galicia y de muchos otros lugares que te admira y te respeta. Eres grande, Julio. Adelante, escribe y no dejes que te pueda nada ni nadie. Adiós Julio, quítate esas lágrimas y cuídate mucho. Todo irá bien. Adiós, un abrazo tan inmenso como tu. E. C._________________

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio