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viernes, 15 de junio de 2007

"INMENSAMENTE JULIO" Entrevista a Julio Gavilán

Algunas veces llega la sorpresa y se descubre que a pesar de la imperfección del ser humano, la propia vida nos posibilita el encuentro con la emoción y la ternura. Julio Gavilán ha sido mi gran sorpresa de los últimos días y su “descubrimiento”, en un Centro Residencial, dirigido por Mensajeros de la Paz, en La Bañeza (León), me ha dejado una profunda huella. Con ésta entrevista a Julio, no hay otra pretensión que manifestar mi admiración y respeto por una persona entrañable y valiente, además de dar a conocer la historia de un ser humano especial que vive retirado a miles de kilómetros de Uruguay, su país. Son las cinco, las cinco en punto de la tarde. Julio escribe sobre su mesa redonda, perfectamente ordenada. Al llegar con las preguntas, por escrito, de ésta entrevista, generosamente lo deja todo y se pone a contestar. Su intención es terminar las respuestas antes de que me vaya mañana a la una, hora de su comida. Le digo que no se preocupe, que no hay prisa, pero él lo tomó como una obligación, como un deber moral. Al llegar la hora de comer aún le faltaba por hacer un resumen de su biografía. Le llamaban las enfermeras y le acuciaba su amigo inseparable, Amador. Nos decía: estar tranquilos, la comida puede esperar, la entrevista no. Terminó su tarea y se quedó tan contento, como si hubiera cumplido con su deber. Transcribo sus respuestas y su resumen biográfico, sin variar una palabra. Gracias Julio por tenerme en la lista de tus amigos, lo de menos es el lugar que ocupe. Siempre estarás en la mía y en lugar especialmente hecho para ti. Mucha suerte y fuerzas para seguir luchando como hasta ahora. La sonrisa que no te falte. E. C.

“Nací en la República del Uruguay en la ciudad de Carmelo, el 31 de marzo de 1939. Estudié Primaria y Secundaria. Fontanería (Instalador de sanitarios). Adríana es mi hija del segundo matrimonio y Analía del tercero. En el año 1969 me integro en el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro, para derrocar la inminente dictadura fascista. Treinta y tres días de tortura, once años de presidio. En el año 1985 llega la Amnistía. Jubilado, con 70 euros de pensión por discapacidad. Mi enfermedad neuro muscular y mi situación económica hace que Mensajeros de La Paz me traigan a España, a éste Centro Residencial. Estoy muy bien atendido. Gracias. Les quiero”.

J. G. Evaristo Cadenas: Julio, ¿cómo se encuentra hoy de ánimos?
Julio Gavilán: Me encuentro bien porque estoy vivo, porque lucho. La vida es espera pero también lucha. Luchemos, pues, contra la injusticia, por los derechos humanos. Por nosotros, por nuestros hijos y por las generaciones venideras.
E. C. : ¿Su estancia en España corresponde a algún tipo de exilio político, voluntario o forzado?
J. G. : Mi enfermedad neuro muscular (atrofia cerevelosa) provocada por la tortura durante treinta y tres días, me impedía, económicamente, permanecer en Uruguay. Mi jubilación por discapacidad es de setenta euros al mes. Políticamente no me queda nada pendiente. En el año 1985 hubo Amnistía en mi país.
E. C. : Me decía el otro día que duerme poco y que lee y escucha música clásica ¿Qué escritores y músicos me recomendaría?
J. G. : Considero que tengo sueño de calidad. A pesar de dormir, dos, tres, cuatro horas intermitentemente. Me levanto muy descansado y lúcido. Despierto, escucho música, pienso en que estoy escribiendo mi autografía política, balance de lo que hice en el día, el futuro. De los músicos y escritores que conozco recomendaría a Bethoben y Tchaikoski y a Jack London, sobre todo los cuentos.
E. C. : ¿Percibe en éste recinto la esencia de lo español? ¿Qué destacaría de cómo le tratan los españoles?
J. G. : Creo que España es un crisol de culturas, cuyas raíces son evidentes por sus idiomas, regiones, dialectos, etc. Sus costumbres, gastronomía, la extraordinaria arquitectura y muchos eccéteras. Todo esto interrelacionado, nos muestra la calidez de un gran pueblo. No puedo por menos que destacar la gran belleza de las mujeres españolas.
E. C. Escribe mucho cada día ¿Le hace ilusión la posibilidad de que publiquen sus escritos?
J. G. : A los 67 años empiezo a escribir. Lo hago durante cuatro horas al día. No sé si tengo un estilo. Trato de enseñar lo poco que se, sobre todo aspectos de mi vida económico-político-social. Si despierto curiosidad e interés y sirve para que otros aprendan, bienvenida sea su publicación.
E. C. : Con tanto tiempo para pensar, por el día y por la noche, ¿qué piensa del ser humano?
J. G. : Parecería que no aprendimos nada de las barbaridades del pasado, pero la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, según el compañero Carlos. Una vez que se uniformicen éstas, ¿dejaremos de ser bárbaros o seguiremos como estamos? Soy optimista.
E. C. : ¿Tiene la posibilidad de volver a su país, con su familia?
J. G. : Mi meta ahora es una rehabilitación en Cuba, porque la cabra tira al monte. Los compañeros políticos están trabajando por la ida. Desearía volver con la familia, mis dos hijas, los vecinos, los compañeros. Soy inmensamente rico en afectos pero muy pobre en la cartera para poder vivir en mi enamorada España y pasar dos meses de verano, en mi país, junto a los míos.
E. C. : ¿Cree que el hombre es un animal político por naturaleza? ¿La política es absolutamente necesaria?
J. G. : Inmensamente político... inmensamente necesaria... Me atrevería a decir que ella nació con el “homo sapìens”, o con el hombre primitivo. Todo es política, hasta para conquistar a las benditas mujeres la empleamos. La política es el arte de lo posible y otro atrevimiento: la política es comunicación.
E. C. : Su “historia” ha sido y es muy dolorosa, de mucho sufrimiento ¿Guarda rencor, se arrepiente de algo?
J. G: Sarna con gusto no pica. Sí lo pasé duro, junto con otros seis mil trescientos compañeros y compañeras, en mi “paisito” de tres y poco millones de habitantes. También lo estoy pasando muy mal porque la parca acecha, pero pienso hacerle varias melladuras a la guadaña. Ahora, queridos lectores, ustedes saben lo que es aportar algo para las generaciones venideras. No guardo rencor ni odio. Pero el que olvida o perdona es cómplice. Lo que uno cree justo no da lugar al arrepentimiento.
E. C. : Julio, ¿qué aparece en sus sueños cuando no duerme? (si se puede contar)
J. G. : Repaso lo que hice o haré, si cometí errores, corrijo procederes... También pienso en alguna mujer o la invento... mas que nada la invento para no involucrar a ninguna y no ilusionarme... A pesar de imaginarla... qué lindo es hacerlo... Evaristo Cadenas, 5-10-2006_________________

1 comentarios:

Blogger Rose ha dicho...

Bom dia querido amigo,

vim te desejar um bom fim de semana...

abraços

16 de junio de 2007, 8:46  

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