Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

martes, 28 de agosto de 2007

CARNE FRESCA

I
Bien sabemos lo que no queremos decir
y nunca hablamos de carne fresca.
Pulverizamos las palabras y el sentido
hasta dejarlas bien afiladas e ingrávidas.
Rebuscamos entre la maleza y el cieno
y de tanto ardor a uno de los dos
se le revienta el suspiro y grita el hallazgo:
¡Dios, qué a gusto se está contigo!

II
Tus palabras tenían sabor a carne fresca
y mi mirada se deslizaba por el borde de tus labios.
Tu boca era el brocal del pozo donde caer hundido
para estremecerme entre tus pechos que me reclaman.
La sed no se sacia con la sonrisa y la complicidad,
por eso apremia que vengas, por si el tiempo
no avisa que es hora de preñar la palabra instante.
Urgencia de tu saliva para atajar lo infinito.

III
La noche, que no tiene límites, esconde sombras
entre las callejas y los portales. Ahí está la luz.
Entre las líneas de nuestras manos se escriben
palabras de aliento que iluminan los pliegues
por donde deslizar la yema de los dedos.
Si me das la mano te llevo al baño de luna,
bajo bóveda de estrellas, donde lo convexo
excava tu arqueología de carne fresca.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

La sed no se sacia con la sonrisa y la complicidad.

Precioso de verdad,... se lee una vez y gusta, se lee dos veces y engancha, se lee una tercera y enamora.
Luna del Alba

28 de agosto de 2007, 0:47  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio