Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

jueves, 17 de septiembre de 2009

DIAMANTE ENGASTADO

Diamantes de lluvia se estrellan
contra tu rostro de muchacha indefensa.
Fugaces relámpagos iluminan tu miedo
y te guareces bajo el pórtico, aterida.

Tiemblas, tienes pánico a la tormenta
y al aguacero que empapa el abrigo.
No pasa nadie, los viajeros se fueron
y el tren deja eco áspero de adioses.

El brillo de tus párpados no es de lluvia,
bien lo sabes, son lágrimas que te duelen.
Esperas a que pase el chaparrón, solitaria
y triste, como un junco al amanecer.

Te vi, ¿recuerdas? Vi cómo te nacía
el suspiro terrible del alma impotente.
Fumamos juntos cigarrillos de serenidad
y salimos bajo mi paraguas, rozándonos.

“Estos charcos nos cubrirán los zapatos”
y a la de tres, dimos un salto largo.
De vez en cuando mirabas para atrás
como si hubieras olvidado un olvido.

La hermosura miraba con tus ojos,
palabras que anunciaban gratitudes.
No es nada, mujer, no es nada...
Y lapidamos el futuro del presente.

Posiblemente ni te acuerdes,
pero hoy hace frío en casa,
en la calle llueven diamantes
y quedan brasas de tu recuerdo.

La vida continúa y sigo sembrando
páramos con cenizas de mala muerte.
Con la lluvia fraguará sólido
el diamante engastado que donaste.

Ruge el viento
y el bosque se queja como un acordeón.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio