Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

jueves, 10 de septiembre de 2009

Mónica, se para el mundo.

II
Mónica, se para el mundo.


En esta humilde guarida, donde vivo recluido desde hace varios años, no tengo ventilador ni aire acondicionado, más que por cuestiones económicas, por razones de concepto. El aire acondicionado me produce resfriados y el ventilador hace volar los folios. El caso es que volví a salir y como si fuera atraído por una fuerza magnética, mucho más fuerte que mi voluntad, cuando me quise dar cuenta ya estaba a las puertas de El Retiro que dan a la avenida.
El banco, mi banco preferido, estaba solitario, tan solitario como yo mismo y allí me senté. La sombra es fresca y como si hubiera corriente por haber dejado alguien una puerta abierta y otra alguien una ventana, corría una ligera brisa que me sentaba bien para ventilar mi frente y mi espalda sudorosas.
Alguien había estado sentado allí antes que yo. Varias colillas de Fortuna y dos de Pall Mall azul. Aunque no es muy higiénico, cogí una de Pall Mall y confirmó mis sospechas. Él fumaba Fortuna y era ella la del Light. Huellas, casi imperceptibles, de carmín así lo indicaban. Traté de concentrarme en mi libro cuando vi cómo venían de la mano una pareja un poco bastante desigual. Cuando se sentaron en el mismo banco que yo, a mis espaldas, tuve dudas de mi mismo ¿La gente creerá que soy una estatua?
- ¿Estás más tranquila?
- Algo más tranquila estoy, pero no te creas que mucho. Se me eriza todo sólo de pensar que estamos juntos.
- ¿Quieres un fortunita?
- No, fumaré uno de los míos. Son más suaves. Alain ¿Qué será de nosotros?
- De nosotros será lo que tenga que ser, lo que importa es que no te preocupes. Todo se arreglará.
- Pero cariño, no podemos seguir así. No soporto esta tensión, estos nervios. Anoche me dice mi marido que qué te pasa que te noto rara y le contesté que será que me va a bajar. Y mientras él veía la televisión, yo en el baño escuchando por enésima vez tu mensaje de voz, estremecida. Así no podemos seguir.
- No te preocupes. Si quieres lo dejamos ahora mismo. Ahora mismo nos levantamos de aquí y te vas a tu casa y yo vuelvo a mi despacho. Allí estaré mejor que en mi casa. Eres libre, eres libre, eres libre sin ira, de dejarme o de tenerme. No te obligo a nada y si no eres feliz conmigo, puedes arrancarme de tu vida cuando quieras y como quieras. Siempre estaré para ti, incluso cuando no esté. Pero, por favor, no llores. No llores, cariño.
- Alain, te quiero tanto que a veces dudo de ti ¿Me has embrujado? ¿Qué me has hecho Alain? En la farmacia acabo de comprar dos cosas. Una es una crema vaginal y otra un aceite lubricante. Con mi marido estoy seca, completamente seca y sin embargo contigo, Alain, amor mío, me he vuelto a sentir mujer-mujer. Cuando dices: Mónica, se para el mundo y pienso, dios mío, me va a decir que me deja y entonces vuelves a decir mi nombre, Mónica y sigues diciendo que deseas abrazarme y ahí, en ese momento, mi cuerpo reacciona y siento un éxtasis tan elevado, tan sublime, que me derrito literalmente y noto cómo de mi sexo cae una especie de lava blanca que me corre por las piernas y me las cierro, aprieto mi vulva y me viene tal placer que creo morirme y eso lo haces sólo con tu voz y ahora estoy así... te miro a los ojos y me viene un suspiro y me digo: al menos hoy seremos amantes, mañana ya se verá ¿Qué quieres de mi Alain?
- Desnudarte, poseerte, devorarte completamente y llevarte a la gloria infinitas veces para que tu me lleves a mi gloria al menos una vez. Solo eso y mañana ya se verá. Mónica... abrázame y no pienses en nada ni en nadie, solos tu y yo, OK?
- Ok. Por favor, no me dejes marcas. Cómeme suave, pero fuerte, sin marcas, por favor. Gracias por tu perfume “Esencia de mujer” ¿Quieres probar mi esencia de mujer? Despacio, despacio y chúpalos ¿Verdad que es dulce?
- Eres miel. Eres la mujer que siempre soñé. Tu cuerpo, tus ojos verdes y tu entrega... En la calle Atocha hay varios hostales. Vamos y tendremos tres horas o cuatro, para nosotros ¿Quieres?
- Si, quiero. Vete delante para que no llamemos tanto la atención.
- ¿Te avergüenza que sea treinta años mayor que tu?
- No es eso, amor mío. Son precauciones, ya sabes que vivo en la calle Santa Isabel y puede que nos vean conocidos míos. Si vas delante, nadie sospechará ¿Lo hacemos así Alain?
- OK, Mónica. Lo haremos como dices. Pero dame la boca que te la quiero...
- Cuando termine de fumar mi Pall Mall azul, nos vamos ¿No te parece un sueño?
- Mónica, somos de carne y hueso, somos reales. Lo que nos pasa es de verdad, o es que acaso lo que detecto cuando te meto los dedos es fingimiento, es fantasía, es una ilusión o es, lo que es, la realidad de nuestro deseo de hacer el amor.
- Alain, te quiero tanto que ya tengo prisa. Vete andando que te sigo.
Y yo, que lo escuché todo, que lo viví en directo, sentí que no soy una estatua, que soy de carne y hueso. Lo sé porque se me despertó.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio