A MODO DE NI SE SABE
“Estoy al borde del precipicio pero las vistas son maravillosas”.
“Al amanecer abro mis correos y tengo sesenta y nueve. Hasta mis correos están liados”.
“Era tan guapa y delicada como un jarrón chino. De tan guapa como era no me atrevía a tocarla no fuera a ser que se rompiera. Al poco tiempo desapareció por no haberla tocado, creo”.
“Al amanecer abro mis correos y tengo sesenta y nueve. Hasta mis correos están liados”.
“Su belleza era tan exquisita y maravillosa que se le desbordaba por los sobacos. Cómeme, dijo. Comí sus sobacos. Ahí no, hombre, ahí no. Ahora ni me habla y no lo entiendo”
“De entre todas destacaba por su sonrisa encantadora. Cuando se lo dije, contestó que soy un machista, que eso no se lo digo a los hombres. Tienes razón, contesté. Tu sonrisa ya no me interesa”.
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