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martes, 27 de octubre de 2009

Besos con vino.

Los ojos de la pequeña Lena parecían dos faros iluminados en la más negra de las noches posibles. Se diría que era habitada por la fiebre de tanta felicidad cómo la embargaba. Había conseguido el propósito que su maestra, Leo, la Artista, le había impuesto, con creces. Leo había llegado a la gloria tres veces y la pequeña Lena disfrutó, enloquecida, de uno largo e intenso, cuando recibió, en su sexo, la primera vela, posteriormente encendida, de su historia.
- Si lo haces bien no te quemarás y si notas que te quemas, tu misma soplas y apagas. La vela es el símbolo fálico de mi posesión y tu la recibes como tal. No es solo eso, es mucho más y llegará un momento en que tendrás tres o cuatro velas dentro de ti y todas ellas encendidas. Ahora te soltaré y descansaremos mientras nos damos un homenaje de comida especialmente afrodisíaca. Observa minuciosamente mis cuadros y si tienes alguna idea, alguna sugerencia, la comentas. Tus ojos son mis ojos y cuatro ojos ven más que dos. Hay detalles que se me escapan y que tu puedes ver. Participa de mi Arte y vete pensando en coger uno de los caballetes, que tengo guardados, porque pronto empezarás a manejar el dibujo y los colores en el lienzo.
- Si mi amor ¿Qué significan los cuadros que tienes en el suelo?
- No son cuadros, son bocetos de futuras instalaciones. Trato de hacer representaciones de lo que en Italia se llamaba Arte Povera, Arte Pobre, un género que se puso de moda en los años sesenta. Un día tenemos que ir de contenedores.
- ¿Eso qué es?
- Fácil. En los contenedores se encuentran objetos que ya no le sirven a nadie, salvo a los que los cogen. Se encuentran cuadros rotos, o no tan rotos a veces, instrumentos musicales deteriorados, que se pueden restaurar, sillas preciosas, taburetes, juguetes, muñecas sin cabeza, se encuentra lo inimaginable y yo lo reciclo, lo compongo, le doy un significado político y con cuatro detalles más, se puede conseguir una gran obra de protesta o simplemente de constatación de mi inconformismo. ¿Qué tal estás, mi pequeña Lena?
- Contenta de que me tengas abrazada mientras me hablas. Me siento como jamás en mi vida me había imaginado. Eres tan experta en todo y eres tan maternal, tan tierna que estar aquí, en tu regazo, tan cerca de tus pechos, de tu boca, de tu sexo, de tu pelo de tus dedos... existe un cielo y este es. Tu piel tan caliente y lisa como la piel del mármol, tu boca tan cerca de la mía, compartiendo comida y bebida, tu boca es más que labios y dientes y lengua, tu boca es la diezmillonésima parte del átomo del beso que anticipa a la muerte.
- Bueno nos nos chupemos el coño a nosotras mismas. Este trabajo necesita mucha constancia, mucho esmero, una obra de Arte son muchas horas de dedicación y no hay tiempo para irse de madre por los cerros del lirismo. Por cierto, enhorabuena, me lo hiciste bien. Esta tarde sobre las cinco volverás a la espaldera y te expondrás de espaldas bien abierta. Voy a llenar mi boca de este vino tan rico y tu vas a tragar la mitad.
- Dame, mi amor. Está riquísimo, no por el vino, por tu boca.
- ¿Te gusta la comida que he improvisado? Odio los restaurantes. El queso de cabra, con anchoas y con dulce de membrillo, es uno de mis mejores inventos. Toma otro trago, mi pequeña Lena. Abre.
- Si mi amor.
- Esta noche, en la fiesta, serás libre para estar con quien quieras pero no te alejes mucho de mi. No quiero que te disperses en tu libertad. Antes de hacer algo me miras a los ojos, si te doy mi aprobación, con la mirada, lo haces, si no es así, te quedas con las ganas. Recuerda que nuestro objetivo es vender la mayor parte de los cuadros. El que quiera peces que se moje el culo. Por cierto... tienes que ir pensando en dilatarte más, mucho más, por detrás. Así no puedes seguir ¿Te gustan el chorizo y la cecina de León?
- Me encanta la comida tan rica que has preparado. Sobre todo comerla abrazada a ti y escucharte tan cerca de mis oídos y de mi boca ¿Me das de beber un trago muy largo?
- Abre.
- Amor mío. Quiero morirme en este instante. Quiero sentirme embriagada de ti y de mi, quiero que me hagas sentir la necesidad de vivirte ¿Tu me quieres, amor?
- No.
- ¿Podrías quererme un poquito, por favor?
- Sólo te quiero para utilizarte. Te quiero para que me sirvas.
- Me conformo, al menos has dicho: “Te quiero” (para que me sirvas). Significa más de lo que esperaba.
- Mi pequeña Lena, eres hermosa porque no eres guapa y mucho menos fea. Tienes los ojos tan negros y brillantes, tan expresivos, tan vivaces y esa boca casi de chico, tienes boca de chico y tus senos aún son promesas, porque crecerán y tus pezones serán tan largos como los míos y tus labios mayores y menores aún no han empezado a desarrollarse. Eres buena para modelo, buena para el amor. Te tienes que enamorar de un hombre que te sepa dar como hombre lo que te doy como mujer. No te conformes conmigo, algún día, más pronto que tarde, tendrás el amor y la pasión correspondida.
- Amor mío, hazme sufrir, si quieres, pero no me hagas sentir lo que no siento. Dame más besos con vino.
- Abre la boca y cierra los ojos.
- Si, mi amor.

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