Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

viernes, 8 de mayo de 2009

TERESA Y SOLEDAD, HERMANAS.

VI
Volver a fumar.

- Perdona, ¿podrías darme un cigarrillo?
- Si claro, coja, coja los que quiera.
- Muchas gracias, cogeré dos ¿Me das fuego?
- Pero papá, por favor, si tu no fumas.
- Ahora si, ahora he vuelto a fumar. Lo dejé el día en que nuestra Sol ganó aquél trofeo que era tan grande como ella. Según se iba el partido, según iba observaba cómo mi hija iba ganando a Virginia, que todos la tenían como la mejor del campeonato, me prometía que si ganaba Sol, si ganaba, dejaba de fumar. Y lo dejé. Hace ocho o nueve años de eso.
- Estás tonto. A estas alturas volver a fumar.
- Déjalo mamá, es lógico que esté nervioso.
- ¿Usted es la señora Lucía y tu la hermana de Sol?
- Si, tu debes ser Paola, la que fue amiga y compañera de mi hermana.
- Esa soy. Trabajo aquí desde hace poco. Me ha dejado impresionada la situación de Sol ¿Desde cuando está así? Lo digo porque parece que su estado viene de atrás, que no es de ahora.
- Nosotros no nos hemos dado cuenta de nada. La notamos delgada pero creíamos que era su constitución así.
- No se, pero para mi que padece anorexia. Me ha conocido y no vea con qué fuerzas me apretaba la mano. Me ha dejado impresionada.
- ¿Qué crees que debemos hacer?
- De momento aquí nada. Vayan para casa y vuelvan mañana. He conseguido que la metan en una habitación a ella sola. Ya iremos viendo como evoluciona. Mi consejo es que se vayan a dormir.
- ¿Qué tal estás, Paola? ¿Te acuerdas de cuando ibas por casa a hacer los deberes y a los cumpleaños y a todas las cosas? ¿Qué tal está tu madre?
- Claro que me acuerdo señora Lucía y de Teresa y de usted, Andrés. Sólo han pasado cinco años. Mi madre lo pasó muy mal, pero desde hace tres años que abrió una Galería de Arte en Claudio Coello, se ha ido recuperando y actualmente se puede decir que ha rehecho su vida. Yo, ya ven, soy enfermera y estoy haciendo Medicina poco a poco. Estoy en tercero.
- ¿Mi hermana está consciente?
- Tu hermana está completamente sedada. Tiene la tensión descompensada y la sangre como agua. Hasta mañana no podréis hablar con ella un ratito. Estas cosas son para mucho tiempo, mucho tiempo, si es que lo supera, que esperemos que si. Que sepan que haré por ella todo lo que esté en mis manos. Fuimos muy amigas, pero muy amigas, hasta que pasó lo que pasó con mi padre.
- Muchas gracias hija, dame un abrazo, sé que os queríais mucho y Sol cada poco habla de ti. En su habitación hay más diez y de once fotos con las dos, tan sonrientes, tan guapas, con vuestras raquetas y recogiendo vuestros trofeos, que cuidado que ganasteis trofeos, juntas y por separado. Pobre hija mía ¿Cómo podríamos ayudar a que se ponga buena? ¿Qué puede hacer una madre para que se cure su hija? ¿Tu lo sabes?
- No llore mujer, se pondrá bien con la ayuda de todos y la ayuda, fundamental, de ella misma. Ya verá como sí. A Sol la tenemos que curar entre todos, si se deja claro, que eso es lo más complicado. Mañana libro, pero el lunes y siempre que pueda, ayudaré para que tenga lo mejor de lo que disponemos. El doctor Acosta nos ayudará.
- ¿Ya te has fumado los dos cigarros?
- Tu déjame, que bastante tengo para mi.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio