Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

viernes, 1 de mayo de 2009

LA MIRADA

Siempre estuvo allí. En realidad, nunca se atrevió a mirar... si estaba cerrado con llave o abierto.

Una tarde de otoño, hará unos cinco años, entró en aquel céntrico Museo y supo de su existencia. Solitario, en silencio, como un viejo árbol seco en medio del lodo, abandonado en un rincón oscuro, sin que nadie le haga caso.

Durante unos minutos lo contempla emocionado, con el nudo en la garganta a punto de la lágrima seca, y poco después, regresa a casa.

Así ocurre diez o doce veces cada año y como si fuera un rito ancestral, cumple con la ceremonia de contemplarlo a escasos metros, admirarlo con inusitada devoción.

Siempre quiso poseer uno parecido, tan perfecto su perfil señorial, brillante como un espejo, radiante como un sol negro en medio del fuego de un volcán, hermoso como un dios de ebonita, inmenso en sus posibilidades, en sus infinitas sugerencias y sin embargo... parece que nadie se da cuenta de su existencia.

Significa tanto, pero tanto, saber que siempre estuvo y estará allí, aunque no se atreva a mirar si está abierto o cerrado con llave, porque en el supuesto de que estuviera abierto, no sabría cómo tocarlo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio