Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

martes, 29 de diciembre de 2009

V.- Daría mi vida por Él.

Mientras esperaba la vuelta de la dueña de la casa, me sentía extraña, como intrusa, osada, en todo caso, demasiado atrevida Observando el salón y todo lo que lo que me alcanzaba la vista, no pude por menos que, como decoradora, sentir verdadera admiración por el buen gusto con el que está dispuesto todo. Y mis ojos se encontraron frente al enorme espejo que, con marco de bronce, destacaba en el salón. Mis ojos están tristes, mis ojos dan pena, mis ojos duelen desolación, sin motivo. Traté de hacer una mueca de sonrisa, pero mis ojos me descorazonan y aunque fuerce el gesto, mis ojos siguen secos.
- Tiene una casa muy bonita, Patro. Estaba pensando que vaya atrevimiento el mío, quedarme a comer con usted, que no me conoce de nada.
- ¿Tan mayor te parezco para que me llames de usted? Sólo tengo cuarenta y tres, así que haz el favor de tutearme y no te preocupes, que aunque es cierto que no nos conocemos de nada, tenemos algo en común y ese puede ser el hilo que hilvane y teja una buena amistad. Puedes estar tranquila, se muy bien lo que hago y a quién puedo y no puedo invitar a mi casa. Me he equivocado muchas veces y no me arrepiento, pero también he tenido grandes aciertos. Cuando una persona me gusta, me gusta y tu me gustas, así que relájate y vamos a disfrutar de la comida y de estar juntas ¿Te parece? Por cierto ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Patricia, pero todos me llaman... Patricia. Muchas gracias por ser tan amable conmigo. Tienes muchos libros, muchos cuadros, y hasta piano. Tienes la casa que a mi me gustaría tener algún día.
- Me alegra que te guste. Aquí está para cuando quieras. Es tu casa, y te lo digo en serio Patricia, te ofrezco mi amistad y mi casa, de corazón ¿Sabes lo que me dijo el hombre?
- ¿Qué te dijo?
- Tiene usted la casa que me gustaría tener algún día. Dijo las mismas palabras, exactas, que tu ahora mismo.
- ¿Y qué le contestaste? - En este momento, Patro se acercó a mi y mirándome a los ojos dijo, llorando:
- Le contesté lo mismo que a ti ¿Sabes por qué?
- ¿Por qué?
- Porque estoy muy sola. Esta casa está llena de libros, de discos, y de muchas cosas que no ves, pero sobre todo está impregnada de mi marido, que ya no está vivo, pero que vive y vivirá eternamente conmigo... pero ya pasó. He pensado mucho, he llorado mucho, he sufrido lo indecible y ya pasó. Voy a reformar esta casa y hacerla de nuevo, distinta, diferente y voy a cambiar y en vez de mi autodestrucción voy a luchar por mi reconstrucción. Voy a cambiar, empezando por la casa y terminando por mi. El día dos de Enero de 2010 empieza mi otra vida. De hecho, ya ha empezado, pero me refiero a que todas esas fotos de mi marido con el Rey, con el General no se qué, todas, las guardaré en un baúl y lo llevaré todo al sótano de mi casa de Campello. Con eso te lo digo todo. Perdona cielo, pero me pillas en un momento tan crucial y delicado, en mi vida que no me ha quedado otra que desahogarme y si me desahogo contigo es porque no tengo a nadie y cuando digo a nadie, quiero decir a nadie ¿Y sabes una cosa?
- Qué.
- Que le den por el culo a todo y a todos. A partir de ahora seré la protagonista de mi película y no me voy a fijar en el qué dirán ni en el qué esto y lo otro. Te voy a enseñar una cosa para que veas ¿Sabes qué es esto?
- ¿Qué es, Patro?
- Esto son mis proyectos: una Librería y una Editorial. Estoy a la espera de una decisión después de unos detalles que necesito. Antes de Abril, una Librería o una Editorial
- Qué interesante. Yo quiero la Librería, lo digo en broma. Bueno, no tanto. Una Librería es como una Iglesia.
- Tendremos una Librería, ya ves que te incluyo. Vamos a comer y me vas a explicar por qué estás tan triste.
- ¿Triste yo?
- Si triste tu ¿No estarás enamorada de ese hombre?
- ¿De ese hombre, enamorada yo? ¿Del desconocido?
- Si, del desconocido. Estás enamorada. Mírate al espejo ¿Que ves? Porque yo veo los ojos de una mujer enamorada, aunque lo niegues.
- ¿Y tú cómo lo sabes Patro?
- Porque yo también estoy enamorada de ese hombre. Para que veas lo que son las cosas. Las dos le queremos y las dos le vamos a buscar. Vamos a comer y no llores, que tenemos mucho en qué pensar ¿Te gustan los espárragos?
- Me encantan, Patro. Pero una cosa, yo no... bueno, no se. Solo se que me gustaría verle, eso si.
- A las dos nos gustaría verle y darle lo que nos pida, lo que necesite. Si nos pide la vida se la daríamos ¿Verdad que si? Mírame a los ojos y responde con el corazón.
- Es cierto, daría mi vida por Él.
- Tienes unos ojos preciosos, pero tristes. Sólo la luz te iluminará.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio