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lunes, 7 de mayo de 2007

QUERIDO DIARIO


Querido diario: Hoy cumplo once años y estoy contenta pero triste. Mi vida durante el año que ha pasado ha dado un vuelco muy importante. En el mes de agosto se ahogó una de mis mejores amigas. Fue con su familia a comer al río y al bañarse tuvo un corte de digestión y se ahogó. Fue una tragedia que dejó a todo el pueblo muy apenado y a mi me dolió profundamente. Mi cuerpo se va transformando. He crecido bastante y ya no me preocupan mis pechos. Noto sensaciones nuevas pero a la vez no le doy importancia. Mis compañeras de escuela me enseñan demasiadas cosas y algunos aspectos me dan miedo o repugnancia. Me preocupa mi padre porque bebe bastante y riñe a mi madre sin ton ni son. La música para mí empieza a ser muy importante. Aunque sólo escucho la radio me suele gustar más la música clásica o la que no tiene que ver con la de moda. Me he enterado de que Jacqueline du Pré está muy enferma y no quiero que se muera. Me preocupa la muerte, me preocupa mi madre, me preocupan muchas cosas. Mis noches son duras porque no duermo muy bien y me suele dar tiempo a imaginarme muchas fantasías. La noche en mi soledad es la mejor parte de mi vida. Este año tenemos maestra nueva. Es de muy lejos y ha traído a la escuela nuevos sistemas de enseñanza y a mi me valora y aprecia. Me lleva a su casa algunas tardes para que le dicte mientras escribe a máquina. Me da de merendar y consejos sobre lecturas y otras cosas culturales. Quiere prepararme para que vaya a estudiar fuera y a conseguir una beca. La señorita Pili, que así se llama mi nueva maestra, tiene guitarra en casa y piensa comprar un piano. Toca y canta delante de mí y me aconseja que compre una cuando pueda. He descubierto a Joan Baez, a Bob Dylan, Judy Collins y Leonard Cohen. Las amigas no saben quienes son. Están preocupadas por los chicos y por otras cosas y me tienen como un bicho raro. No sé qué pasará, pero si voy a estudiar a León pienso ser buena estudiante y dar rienda suelta a mis fantasías. Dice la señorita Pili que redacto bien y tengo que aprender a hacer poemas o cuentos. Quiere ayudarme y a veces creo que me quiere demasiado ¿Por qué se desabotona la blusa delante de mí y me hace jurar que nunca diga a nadie lo que hace? Esta vida es un misterio muy raro ¿Por qué me mira de esa forma el amigo de mi padre? He cumplido once años y mi pelo es negro y largo. Pili dice que me lo deje hasta que llegue a donde la espalda deja de tener su honorable nombre. Me lo cepillo y le doy champú de huevo cada tres días. A Pili le encanta y dice que seré una mujer de mucho éxito personal y profesional y yo no entiendo nada. Estoy contenta pero triste. Cuando sea mayor...

Anna Espanca.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

He disfrutado leyendo,... tus escritos son como:La parábola de la vasija La vasija rota




Un cargador de agua tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que el llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón.

Cuando llegaba, la vasija rota sólo contenía la mitad del agua. Por dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fue creada; pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer.

Después de dos años le habló al aguador diciéndole:

“Estoy avergonzada de mi misma y me quiero disculpar contigo...”.
“¿Por qué?”, le preguntó el aguador.
"Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga; debido a mis grietas, sólo obtienes la mitad del valor de lo que deberías”.

El aguador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo:

“Cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”.

Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final solo llevaba la mitad de su carga. El aguador le dijo:

“Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello; por eso sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi madre. Sin ser exactamente como eres, ella no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa”.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero si le permitimos a Dios utilizar nuestras grietas para decorar la mesa de su Padre…

En la gran economía de Dios, nada se desperdicia. Sólo aquel que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible. Si sabes cuáles son tus grietas, aprovéchalas, y no te avergüences de ellas.
En este caso tus escritos diarios son gotitas de conocimiento, reflexión y disfrute de tus poemas, con ellos día a día, al entrar aqui nos aportas un buen comienzo para empezar el dia, gracias.

Luna del Alba

7 de mayo de 2007, 4:13  
Blogger Evaristo Cadenas ha dicho...

Bueno... vaya comparación. En realidad algo de roto si tengo. Siempre se me rompe algo. Hoy perdí un botón. La parábola ya la conocía. Gracias por incluirla aquí. Gracias también por tu fidelidad y constancia. De no ser por tí este "patio" estaría sin una sola flor. Un beso y que tengas buen día. Mañana... ¿qué pondré? Espero que sea de tu agrado. Ánimo anónimo.

7 de mayo de 2007, 7:49  

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