"FUEGO"
IV
Si tuviera fuego para quemar la zarza
que habita, solitaria, entre las piedras del monte
donde pastorea el rebaño que no es mío...
Que ardiera permanentemente y me diera luz
y brasas donde cocer el pan alimento,
mientras el silbo anuncia tu llegada.
Fuego que calentaría hasta las piedras
que sostienen el techo que cubre,
para tener brigada donde abrazarte.
Entonces palpitaría la melódica
secuencia de tu aliento rozando al mío
para parir la palabra que nos queme...
Las ascuas que quedan, ocultas entre ceniza,
aún respiran posibilidad de resurrección.
Con ligero soplo renacería el ardor de tenerte.
Si tuviera fuego para quemar la zarza
que habita, solitaria, entre las piedras del monte
donde pastorea el rebaño que no es mío...
Que ardiera permanentemente y me diera luz
y brasas donde cocer el pan alimento,
mientras el silbo anuncia tu llegada.
Fuego que calentaría hasta las piedras
que sostienen el techo que cubre,
para tener brigada donde abrazarte.
Entonces palpitaría la melódica
secuencia de tu aliento rozando al mío
para parir la palabra que nos queme...
Las ascuas que quedan, ocultas entre ceniza,
aún respiran posibilidad de resurrección.
Con ligero soplo renacería el ardor de tenerte.
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