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viernes, 28 de marzo de 2008

T. Q. 29 de marzo, sábado.

Al despertarme, la poca claridad que entra de la calle permitía verme, medio en penumbra, en el gran espejo del armario empotrado, y me sorprendí mirándome. Siempre duermo desnuda, excepto esos días en que me veo obligada a mantener la compresa o el tampón, en los que uso braguita. Me observé fijamente. En el cristal una mujer de pelo negro azabache, enmarañado, que casi le cubría la cara, sus pezones negros desarrollados y erectos, el vello de su pubis negro, en forma de corazón, sus piernas, sus manos largas, parecían saludarme. Si levantaba la mano derecha, ella levantaba su mano izquierda, si levantaba mi pierna izquierda, ella levantaba su derecha. Abría la boca y sacaba la lengua para hacerle burla y ella me la hacía a mi. Tras ella, un hombre de espaldas, grande, desnudo, parecía dormir por lo inmóvil que estaba, las cortinas azules dejaban entrar claridad. Ese espejo es mágico. Refleja a una mujer idéntica a mi, pero esa no soy yo, supongo ¿Qué hace en mi habitación duplicándome? Estaba jugando con mi imagen, cuando Maurice, mi marido, se despertó y se dio la vuelta. Al darse cuenta de que tenía los ojos abiertos y levantaba la mano o la pierna, preguntó: ¿Qué haces There? ¿Estás jugando a los espejos? No, ¿por qué? Me pareció. Estaba pensando en lo cambiada que estoy. Me abrazó por detrás y me preguntó que si quería escuchar su sueño. Me di la vuelta y desperezándome, le miré a los ojos y le escuché: Soñaba que una mujer muy guapa, pero muy guapa... Yo, esa mujer soy yo, le corté. Claro, eras tu... Sigo, venía desnuda hasta el césped, en la sombra de la encina, donde dormía la siesta. Se puso encima de mi y me despertó. Al ver a aquella mujer con tanto pelo, que le tapaba totalmente la cara, me asusté un poco. Al ver que no me hacía daño, con mis manos le separaba el pelo y vi su sonrisa y sus ojos tan bonitos. La besaba y era hermosa, no la besaba y se le ponía el pelo por la cara y era feísima. Así que decidí besarla y besarla y mientras mas la besaba, más hermosa se ponía. De tanto beso me excité muchísimo y ella me ayudó a que la penetrara, pero se le cayó el pelo otra vez por la cara y me desperté, así que menuda faena. No te preocupes, ese sueño se puede hacer realidad. Me puse encima de él y con el pelo sobre mi cara, me lo separaba y me besaba, así varias veces hasta que pasó lo que tenía que pasar. Estuvimos jodiendo durante mas de una hora y me vino de maravilla. Después de tres orgasmos como castillos de cristal, me sentía como una reina. Se ha quedado dormido como un tronco y aquí estoy, fumando mi segundo Pall-Mall azul. Ayer cuando bajaba por la Cuesta de Moyano hacia el museo, rebusqué libros en una caja que ponía: dos euros. De todos ellos había uno, en edición de bolsillo, que destacaba por su grosor. Lo observé. Está bastante bien conservado y recordé que lo tenía mi padre en edición del Círculo de Lectores y que se lo veía leer. Doctor Zhivago, dos euros. Una vez en mi poder, lo revisé bien y tenía, entre las páginas, un billete de metro con fecha 28 de marzo de 2003. Cinco años justos han pasado ¿Casualidad? En la página donde está el billete dice: “Adiós, mi gran amor; adiós, mi orgullo; adiós, mi triste, pequeño y profundo río, ¡Cuánto amaba tu incesante rumor, cuánto amaba arrojarme sobre tus tibias ondas!”. El Doctor Yuri Zhivago ha muerto y su gran amor, Lara Fiodorovna, abrazada a su cuerpo, se despide de él. Boris Pasternack, el autor, era un gran escritor, un gran poeta, Premio Nobel en el 59, creo. Tengo que ver la película dirigida por David Lean e interpretada por Omar Shariff y la bellísima Julie Cristhie, que, por cierto, Irina se le parece bastante. El caso es que empecé anoche a leer el libro. La gran Literatura, el gran Cine, la gran Música... ¿Cómo estar triste o aburrida? No debo. Las fuentes de la Cultura son inagotables y gratis o casi en muchos casos. Se va acercando la fecha del viaje a Nueva York y todo lo que eso significa. No puedo perderme la visita obligada a la Neue Galerie, donde se exponen cuadros, fotografías, efectos personales y una reproducción del estudio de Gustav Klimt, autor del célebre cuadro “El beso” (1908) del que se cumplen cien años que fue pintado. Klimt es uno de los pintores que más me impresionan y del que cada día descubro nuevas cosas. Se dice que tuvo 18 hijos naturales con sus numerosas modelos y amantes. Emilie Flöge fue la mujer con la que mantuvo una relación mas prolongada. Me gustaría un Klimt para mi y que me deje preñada por lo menos una vez. No quiero pensar demasiado, vuelvo a la cama. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa mi vida?... ni tan siquiera a ti, por mucho que te quiera aquí conmigo, porque... T. Q.

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