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lunes, 18 de febrero de 2008

T. Q. 18 de febrero, lunes.

La vida de las noches es cada día más intensa y dolorosa. No poder dormir se ha convertido en un estadío para la reflexión sobre todas las cosas que acontecen. No estoy contenta de mi, a pesar de tantas cosas como me suceden. La insatisfacción permanente me asedia cada instante. Tantas preguntas sobre las grandes y pequeñas cosas mías y de mi familia. Tantas vicisitudes y tantas circunstancias, que a cualquiera podrían parecerle satisfactorias, se convierten para mi en tortura cotidiana. Todo el placer que recibo, al final no es más que una parte pequeña que recubre de una pátina dolorosa todo mi ser y no es por remordimiento de carácter moral, es algo más intenso e íntimo. Debe ser por eso que me empalaga que Catterina diga que me ama, o que Hair diga que se ha enamorado de mi. Todo es pasajero y pronto tanta tempestad habrá pasado y quedará, únicamente, aquello que sea aprovechable para las vivencias de todos los personajes en que yo misma me he convertido. Al final, cuando te miras al espejo, solo te queda la realidad. Los sueños son hermosos mientras se sueñan y duran muy poco. Catterina y yo estuvimos juntas en el piso donde se ubicará la editorial de mis preocupaciones. Es preciosa y mientras estamos juntas todo va sobre ruedas, pero... ya miro el reloj mientras me lo hace. Mal asunto. Por la tarde estuvo Sophia confirmándome una sospecha. Hair y ella son amantes. Por eso, Hair sabe de la transformación que el embarazo de su amiga, y ahora mía, se está produciendo en todo su cuerpo. Puse mi cabeza sobre el vientre de Sophie y aunque ella no se diera cuenta yo si noté que algo se movía dentro. Sus pechos son magnéticos y me gusta que me los ofrezca para su placer y para el mío. Es muy ardiente y pronto se consigue de ella varios orgasmos y ella me los consigue a mi, pero... también controlo el reloj sin que se de cuenta. Mi cabeza y tal vez, mi corazón se van acercando al espíritu de un hombre que me llena de ilusión. Mañana vendrá y tal vez, no hablemos de pianos, ni de el mal tiempo que hace. Ayer mi marido vino antes de lo previsto, nos duchamos juntos pero no jodimos porque estábamos pendientes de nuestros amigos . Fuimos los cuatro a ver el nuevo Museo de la Caixa Forum. Es una maravilla y tengo que volver. Junto al cuadro, precioso, de Barceló, había una joven muy guapa, que debe ser experta en arte contemporáneo y trabaja de asesora, creo. Hubo cruce de miradas y ella se pasó la lengua por los labios de forma... dios, es preciosa. Estamos de 10 de la mañana a ocho de la tarde, todos los días y la entrada es gratuita. Volveré, dije. Aquí estaré, contestó. No puedo más, el sueño me vence. Mañana creo que tendré un buen día y podré dedicarme a un poco a todo, sin dejar nada. Tengo seis nuevos libros en la lista. ¿Qué pasará si le beso? ¿Me rechazará? Como es tan serio y tan formal... Me acordé de mi hermano muerto y sigo con mis corazonadas. No he puesto música en todo el día. Me viene mejor en silencio. No creas que porque pase el tiempo voy a dejar de pensar en ti. Eso nunca, porque... T. Q.

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