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martes, 4 de marzo de 2008

T. Q. 4 de marzo, martes.

Un terrible sentimiento de culpabilidad me corroe por dentro y alimenta mi inquietud permanente. Culpable de no alcanzar la calidad literaria que necesito para sentirme confortada, culpable de mi impotencia ante esta sociedad injusta e intolerante, culpable de todo lo me concierne en lo personal y profesional. Culpable, soy culpable de mi yo y mis circunstancias. Me tengo que arreglar con pequeños grandes paliativos que debo suministrarme por la única vía libre que me queda: la conformidad. Es doloroso y no me queda otra que acudir a los aledaños del placer para poder soportar tanto sufrimiento. Mi culpabilidad es mía, intransferible y única. Irina llegó a casa enferma. Traía mala cara y tuvo varios vómitos. Temblaba de fiebre y casi no podía hablar de tanto catarro agarrado al pecho. Le mandé ponerse el termómetro y marcaba 38,32. Le di a tomar un frenadol y la obligué a que se acostara en la cama de la buhardilla, que antes había sido de la tía Ruth. Tomó un caldo muy caliente y bien arropada con mantas y dejando la habitación a oscuras, se quedó dormida. Duerme y descansa tranquila, no te preocupes por el trabajo ni por nada, has cogido la gripe y este año es muy fuerte. Te tendrá varios días de baja. Ponte buena que yo me encargaré de todo. Theresse, me has recordado a mi madre y sus ojos se inundaron de lágrimas. Tranquila cielo, tranquila, yo te cuidaré. Alex me llamó para quedar y que revise los carteles y el material promocional de la película. Quedamos en las oficinas de la Productora mañana, calle Hortaleza. Envié un correo a la chica de Moratalaz, llámame Elhena, dijo. El miércoles a las siete en la cafetería de Conde Casal ¿No te querrás enrollar conmigo? Dijo. Te advierto que no me va el rollo bollo. Por dios, qué ocurrencia, ni hablar, contesté. Ya caerás, pensé para mis adentros. Poco me conoces y poco te conoces a ti misma, Elhena. Torres mas altas han caído. Sigue sin bajarme y ya son diez días. Pienso mucho en el hijo que llevo dentro aunque aún no sé si estoy preñada. No he jodido con mi marido desde hace unos días. Esta mañana se levantó como un toro. Como creía que no le veía, al levantarse se miró el instrumento en el armario y después de darse unos meneos se metió en la ducha. Realmente la tiene muy grande y hermosa, Maurice es un hombre grande y hermoso y es mi marido ¿Soy injusta con él? Me llamó mi padre. Está muy contento y dice que vende mucho y que por motivos legales, está prejubilado, no puede trabajar en su propio negocio y tendrá que coger un empleado o empleada. Seguro que coge a una chica joven y se liará con ella. Si no lo hace bien tonto es. Me dijo que mi madre está mucho mejor, que sigue pintando mucho y que por favor, no se te ocurra mencionar a la tía Ruth delante de ella. Te iré contando todo lo que pueda, poco a poco y personalmente. Si venís en Semana Santa, hablaremos. Tu mutis, ¿de acuerdo, hija? Si papá, tranquilo. Ayer estuvimos juntos el afinador y yo en el piso de Avenida del Mediterráneo. Le compré el piano K-Kaway y ya le encontramos el sitio. Nos sentamos en el suelo, sobre la alfombra, con el cenicero al lado y unos botes de coca-cola, inclinados sobre nuestros codos, al estilo campesino, hablamos y hablamos. No pude reprimirme y me desnudé para él, le ofrecí hacerle una mamada y no quiso, le ofrecí mi ano y no quiso, le ofrecí mi cuerpo entero y no quiso. Solo me comió la boca y me llevó tres veces al paraíso con sus dedos. No quiero que sufras, eres mucho mas joven que yo, estas casada, yo también. Te prometo que si aun me deseas, la próxima vez que nos veamos, joderemos hasta las ultimas consecuencias. Si quieres que seamos amantes lo seremos, tomaremos precauciones para que no te quedes preñada de mi y también para que no nos pillen. Theresse, lo único que quiero de ti es que seas muy feliz. Me puse encima de el y frotándome sobre sus pantalones conseguí un orgasmo... y aún no se como la tiene. Su voz me deja indefensa, y sus ojos, y sus manos, y sus pies, y su... Escucho en mi mp3 a Miles Davis con John Coltrane. No creas que no pienso en ti, aunque les quiera a todos, a ti es al que más, te lo juro. Porque... T. Q.

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