Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

martes, 4 de marzo de 2008

THERESSE QUERELLE. 5 de marzo, miércoles.

En realidad escribo para mi sola, escribo cada palabra, cada coma, cada gesto de escritura que plasmo en el texto, siempre imperfecto e inconcluso, está destinado únicamente para mi. Si es terapia, si es confesión, si es vómito, solamente a mi me incumbe y me sorprende cuando alguien me dice, si es que me lo dice, que se conmueve al leerme. Es lo mismo. No puedo evitarlo y por lo tanto, no lo evito. Este libro que ahora leo, me explica, certeramente, la misma impresión. Irina se ha quedado a dormir en casa. Le di uno de mis pijamas y solo se levanta para ir al baño. Está bastante afectada por la gripe. No puede ir al médico porque no tiene seguro y ayer llamó a sus amigos compatriotas, compañeros de piso, para avisar de que durante unos días, hasta que se recupere, se quedará con nosotros en la casa. Subo su comida a base de sopas y tortillas francesas u otras tan ligeras. No puede comer mucho porque lo devuelve. La fiebre se mantiene alta, la tos es bronquial y tiene accesos frecuentes. La cojo por la frente cuando, en el baño, le viene el vómito. Dice que se siente muy mal, no por la enfermedad en si, por que le vienen muchos recuerdos de su hija y de su familia. Trato de que se olvide de pensamientos negativos, la animo y digo que cuando se le haya pasado la gripe, formalizaremos el contrato laboral y tendrá todos sus papeles en regla y podrá vivir en nuestra casa, si quiere. Tiene miedo de muchas cosas y sobre todo a sus amigos que la han utilizado sexualmente y cree que será difícil que renuncien a poseerla, de vez en cuando. Es un asunto delicado que supongo se podrá solucionar. En la Embajada de su país nos han conformado y validado los documentos y expedientes universitarios. Es cierto todo lo que me dijo sobre su carrera y sus estudios complementarios. No hay problema para confiar en ella. Parece una buena mujer y le he ofrecido dinero, por si necesita enviar a su madre para la manutención y cuidado de su hija. Irina es buena y la cuidaré. Anoche, al despertarme, miré mi compresa por si había manchado algo. Nada, no me baja, pensé. En vez de levantarme y sin premeditación, abracé a mi marido que dormía plácidamente. Su pajarito era tan... ¿cómo era? Era tan tierno que me dio tanta ternura verlo así... y me lo metí en la boca, como si quisiera darle calor para que no pasara frío. Lamí su piel dormida y noté como iba despertando, poco a poco, crecía, crecía y acariciaba el escroto y los testículos y crecía y crecía, lo saqué de mi boca y lo contemplé, se había convertido en un gran gavilán y lo volví a meter en la boca, lamí su corona, su rajita y succioné, venía un líquido dulce, muy dulce, y crecía mas, yo chupando, succionando, tragando la delicia y mi vulva empapada, se abría y cerraba ella sola, excitada, loca, como si pidiera a gritos que se la metiera. Las manos de mi marido acariciaban mi espalda y mi pelo y presionaban mi cabeza hacia abajo para que me la tragara hasta la tráquea y yo lo hacía complacida, por complacerle. Me indicó que me subiera encima y me la metí cogiendola con los dedos de mi mano y notaba como iba entrando y diossssssssssss, pensaba: que tonta soy, debería joder cada instante de mi vida, este es el mejor placer que existe en el mundo y yo, Theresse Querelle, estoy sintiéndolo. Subía muy lentamente mientras mi marido se dejaba montar, cabalgar, unas veces al paseo, otras al trote, otras al galope. Subía y bajaba y me comía su boca y él la mía y subía y bajaba. Me levanté un poco y quise volver a chupar a su gavilán, cuando comprobé que la tenía llena de sangre. No nos habíamos dado cuenta. Me había bajado mientras jodíamos. Tuve que levantarme al baño a coger papel y una toalla mojada para limpiar a mi marido y limpiarme yo misma. Me ha bajado mientras jodía. Lloré como una desesperada, lloré como si hubiera perdido a mi hijo, como si hubiera sido un aborto natural. Diosssssss, cuánto duele el dolor de un hijo que aún no se ha tenido. Me había hecho la ilusión y ahora todo está perdido. Todo mi castillo se ha desmoronado como si fuera de arena. Diosssssss que mala suerte tengo en esta puta vida. No estoy preñada y había creído que si. No valgo para tener hijos, soy una piltrafa como mujer, como esposa, como hija, como hermana de mi hermano muerto. Hoy todo es distinto. Todo ha cambiado. No sé si me acuerdo de ti y en el supuesto de que me acordara ¿De qué me sirve? Un vacío, eso soy, un vacío, un cadáver viviente... T. Q.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio