Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

viernes, 31 de julio de 2009

MI VERDADERO AMOR, MI ÚNICO AMOR.

VI
Mi verdadero amor, mi único amor.

De regreso a casa , a nuestra habitación compartida, Carmen y yo hablábamos de lo completa que había sido la jornada a partir de las cuatro de la tarde, hora en la que cogimos juntas el Auto Res en Benavente. “Días tan completos, tan intensos, se cuentan con los dedos de la mano y aún sobran dedos. Concierto de Elisa Serna, aviso de bomba, chica en la acera medio muerta, irlandés en el Penta con los amigos, cena contigo ¿Hay quién de más?”.

Al llegar a la Puerta del Sol, Carmen me explicó, por encima, lo que significaba el reloj y la plaza donde se celebran las doce campanadas de la noche de Fin de Año. Su pelo tan negro y cortado a estilo chico, o garçon, sus ademanes, su vocabulario, su tez tan morena, sus brazos fuertes casi musculosos, sus pechos abundantes, su espalda robusta y sobre todo, sus ojos tan vivaces y expresivos, le daban un aire de fortaleza, de robustez a pesar de que sólo era un poco más alta que yo.

Cuando Carmen me explicaba las cosas, era como si lo hiciera una hermana mayor que no tengo. Ponía pasión, vida, entrega, generosidad, en suma.

En la habitación casi no hacía falta encender la luz porque entraba por el balcón, con las ventanas y contraventanas de par e par. Entraba la claridad de la noche de luna sin luna y una ligera brisa fresquita.

Me acosté junto a mi compañera y ¿amiga? con una combinación rosa y ligera. Ella dijo que sólo se ponía bragas para dormir cuando, por higiene, las necesitaba. A esos detalles no le daba importancia y si los digo es para que se vea nuestro compañerismo más que por otra cosa.

Nada más acostarnos y mirando las dos hacia la lámpara, pensativas, en silencio, percibimos un ligero ruido.

- Calla.

- ¿Qué pasa Carmen? No me asustes.

- ¿No oyes?

- ¿Qué es eso?

- Son los portugueses que están follando.

- ¿Qué portugueses?

- ¿Ya no te acuerdas? El matrimonio que duerme en la habitación de al lado. Trabajan en Francia y antes de ir a su país, pasan una semana en Madrid follando, aparte de algún museo, claro.

- ¿Y eso qué es?

- Hija, no sabes nada. Follar es joder. Para que lo entiendas bien: en Zamora, en nuestros pueblos, la gente jode, aquí en Madrid el que puede, folla ¿Te enteras Contreras?

- Si, creo que si ¿Están follando de verdad?

- Claro, escucha: Ese traca, traca, traca, es la cama, esos gemidos los hace ella que está gozando que no veas, ese que mete y saca y ruge como un jabalí, es él. Pues ya es el tercero del día, que yo sepa.

- Carmen ¿cómo lo sabes?

- Nos ha jodido mayo, porque lo sé ¿Qué pasa que tu no has jodido nunca?

- No, yo no. Soy virgen todavía ¿Y tú?

- ¿Yo? Aquí donde me ves, con estos pelos, soy la mayor folladora del mundo, lo que pasa es lo que pasa. Precisamente de eso te quería hablar y pedirte un favor enorme.

- ¿A mi?

- Si hija si, a ti. Mañana a las nueve y media sales de casa, desayunas en un bar y te vas al Retiro, pasas la mañana por allí, regresas a mediodía, comes aquí al lado, donde cenamos anoche, que dan paella por ser domingo, y después te metes en un cine de sesión continua y regresas sobre las nueve y media. Para esa hora ya habré terminado y podremos cenar juntas. Hablamos, preparamos el día siguiente y a dormir, que yo a las seis y media arriba.

- ¿Y qué vas a hacer?

- Follar todo lo que pueda. Mira te lo contaré: tengo un lío, un amante vaya, pero resulta que está casado. Es de Guadalajara. Los domingos dice que viene al rastro y regresa por la noche. Pero lo que hace en realidad es comprar cuatro libros y cuatro chorradas en el rastro para justificar y el resto del tiempo, hasta las ocho, está aquí conmigo follando.

- ¿Y follais todo el rato?

- Hombre tampoco es eso. Paramos para comer y para hablar algo, pero se podría decir que si, que aprovechamos el tiempo, vaya. El muy cabrón me tiene loca y no hay forma de que me pueda desprender de él. El domingo vino diciendo que su mujer está preñada del segundo. Así que no veas que llorera.

- ¿Qué triste verdad Carmen?

- ¿Triste dices? ¿Triste? ¡Me cago en todo lo que se menea! Es lo más maravilloso que me ha ocurrido en mi puta vida. Tu no sabes, salada, lo que significa temblar como una vara verde porque entra por esa puerta EL. El ¿entiendes? El es San Dios, mi hombre y te diré algo: mientras viva EL será mi verdadero amor, mi único amor.

- Qué bonito Carmen. Me haces llorar. No te preocupes por mi, me las arreglaré como pueda. Tu tranquila, solo te deseo una cosa y te lo digo con todo mi corazón: que seas muy feliz.

- Gracias salada ¿Dormimos un poco?

- Si. Hasta mañana, Carmen.

- Hasta mañana, Esmeralda.

- ¿Y ahora qué pasa?
-
Que se están corriendo. Duerme salada, cierra los ojos que estamos como la canela.

- ¿Cómo está la canela, Carmen?

- Molida.

- Ah ¿Cómo estará mi madre ahora?

- Dormida. Nos ha jodido, como la mía. Duerme y calla. A ver si voy a tener que sacar el zurriago a pasear.

- Vale. Perdona. Hoy no ha salido la luna.

- Se liaría con el sol. Digo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio