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jueves, 8 de octubre de 2009

AUNQUE SOLO SEA TU SOMBRA

Las conversaciones entre las dos amigas eran desiguales pero compartidas. Lena escuchaba a Leo con devoción de alumna inexperta en todas las cosas. Poco a poco se daba cuenta de que no debía ser tan desconfiada y exigente con su amiga, que tiene razón cuando dice que en su casa es la dueña y que cualquier palabra, frase, o signo que haga o que diga, le pertenece y que ella, Lena, no es quién para censurar su forma de estar o de ser en la casa o en la vida que no le pertenece. “Me toca ser espectadora y aprendiz de aquello que realmente me interese de una forma u otra. Procurar no exigir. Ver, oír y callar mientras me aporte algún tipo de beneficio”.
La noche avanzaba lentamente y las dos amigas con su refrescante ron con coca cola, iniciaban una nueva página de su existencia en el cuarto del jardinero.
Leo, que mantenía su desnudez apenas velada por los pliegues de la camisa vieja de su marido sin abotonar, se tumbó todo lo larga que era, en la cama, y con las manos en la nuca, miraba hacia el techo y con los ojos como brasas, parecía estar sumida en pensamientos de otra dimensión.
Lena con su vaso en la mano y su cigarrillo en los labios, daba la imagen de la alumna que espera a que su maestra salga del trance y empiece con su lección magistral. En momentos así es cuando mejor se entiende cómo es el otro. El pelo largo y rubio, tan liso y abundante, los ojos grandes y luminosos, los labios bien perfilados, los dientes blancos y perfectos, hacían de Leo una mujer hermosa, muy hermosa, sin hablar de otros atributos con los que la naturaleza le había obsequiado. No podía evitar mirar a sus pechos y sus pezones tan desarrollados, y su ... mejor no seguir... Leo es atractiva, elegante y culta.. Leo es... mi maestra y estoy dispuesta a aprender todo lo que me enseñe y aprehender lo que sea capaz, parecía decir la pequeña Lena.
- ¿Sabes lo que estaba pensando?
- Ni me lo imagino. Parecías estar en otra dimensión.
- Así es Lena, así es. Ser Artista implica estar la mayor del parte tiempo sumida en pensamientos transcendentales, o, lo que es lo mismo, manteniendo la mente dentro del mundo propio que los cuadros, que la obra total de una, implica. Mis cuadros están vivos y me reclaman, me reclaman más trabajo, más esmero, más dedicación, más intensidad creativa, menos conformidad. Ser Artista es sufrir continuamente...
- Si sufres tanto ¿Por qué pintas? De todas formas cuando te miraba tan pensativa, tan ausente, dabas la impresión de ser feliz.
- Claro que soy feliz con mi obra, pero es una felicidad no tangible, y en todo caso pasajera, el propio sufrimiento de la creatividad, cuando se produce el milagro de acercarse a la cercanía del propósito, es cuando llega la satisfacción. No me hagas caso, no tengo la cabeza para pensar en mi como Artista, un pensamiento que prefiero dejar para más adelante. Ahora estoy sumida en los preparativos de esta exposición y es en lo único que quiero pensar. Estoy cansada, muy cansada, prefiero que hables tu porque mi sueño como Artista está cerca de ser realidad y mañana, con un poco de suerte, si el poeta que va a venir y yo decidimos unir la palabra de su poesía con mi pintura daremos, él como poeta y yo como pintora, un paso de gigante. En eso pensaba y ... ¿Qué pensabas tu?
- Pensaba que eres hermosa y que para mi es una suerte que esté a tu lado escuchándote, que es una fortuna estar viendo cómo bebes despacito, como miras al techo pensando, cómo hablas, cómo dejas que las palabras se deslicen por tu boca y que estas palabras adquieran un valor más hermoso que la propia palabra, porque las dices con ansia de alcanzar la belleza y yo que soy nueva en estas cosas del Arte, empiezo a entender que a partir de ahora yo ya no seré la misma. He cambiado porque tu me has abierto la puerta al mundo de la belleza de las cosas en la que yo no hubiera podido entrar de no haber sido por ti. Leo ¿Te puedo pedir un favor?
- Claro Lena ¿Qué quieres de mi?
- Que me dejes estar a tu lado mientras trabajas. Que pueda verte mientras pintas, escucharte mientras hablas, que me dejes ser tu sombra... por favor. Aunque solo sea tu sombra.
- Sube a la cama y ponte a mi lado, duerme junto a mi o piensa o sueña. Tengo que seguir pensando.
- Vale. Gracias por dejar que esté a tu lado mientras piensas.
- Pero cállate.
- Que si, que si.

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