Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

viernes, 22 de enero de 2010

XX.- ¿Por qué me mira con tanta ternura?

Un acontecimiento puede empezar a fraguarse en cualquier detalle inesperado o circunstancia banal y cotidiana, y de ese detalle puede surgir el inicio de algo de tal trascendencia que termine por convertirse en el inicio de la nueva etapa que marque, a sangre y fuego, nuestra vida..
Ayer, a estas horas, preocupada por el hombre desconocido y por mis posibles problemas de liquidez para afrontar los pagos del mes de Enero y Febrero. No han pasado ni veinticuatro horas y se ha resuelto el problema de liquidez, tengo trabajo garantizado para todo el año que empieza y además he descubierto la música, a los músicos, la casa, los caballos, los amigos nuevos, la Harley Davison, tantas pequeñas cosas que, unidas entre si, forman un gran acontecimiento para toda mi vida.
Y... queda el pensamiento eterno en Él, convertido en la divinidad de mi amor eterno. Debería ser la mujer más feliz de la tierra y sin embargo, no lo soy, ni lo seré nunca ¿Por qué tanto desconsuelo y desolación?
En la casa empezó el bullicio, las risas de los niños, el ajetreo de lo cotidiano, el ruido de las cucharillas en las tazas cuando el desayuno, los comentarios alegres por nuestra presencia en la casa, las buenas intenciones para el día que se presentaba luminoso y de sol encendido y... la vida alrededor de la chimenea llena de leña de encina ardiendo, era una pequeña gran fiesta.
A veces no queda más remedio que agradecer la suerte de ser parte del elenco de la gran película de la vida y sentirse actriz destacada entre tan admirable reparto ¿Dónde lo real y el sueño? Sentirse confortada por sentirse viva entre la vida de los otros.
Chema y su mujer no dejaban de ofrecerme el mejor sitio junto a la lumbre, el mejor trozo de pan untado de miel, el tazón de cola cao desbordado de cariño y yo entre todos, sintiendo que me admiten, que me tienen en cuenta y sin saber muy bien cómo corresponder a tanta generosidad. Preocupados por si me había resfriado en la aventura de la nevada con la Harley Davison y Patro y yo empujando como exploradoras perdidas en la estepa siberiana en medio de una tormenta de nieve. Ya pasó, estamos bien, dormimos confortadas y todo vuelve a la normalidad. La televisión dice que se ha restablecido el tráfico y que ahora vienen lluvias intermitentes.
Empiezan a llegar los músicos con sus Harley unos, con sus coches otros, y traen carne y otras cosas para hacer una gran barbacoa dentro de la casa. Pronto volvemos a estar todos juntos, sanos y salvos, rodeados de niños y conversación. Insisten todos en que nos quedemos a pasar el día con ellos.
Elizabeth me saluda con un beso y dice que se alegra de verme, que como ha salido el sol podremos ir juntas a fumar unos cigarros junto al río, que no hay nieve en el camino y que no deje de seguirla cuando me lo indique con la mirada.
Patro insiste en revisar las partituras y en ensayar una hora antes de que nos vayamos nada más terminar de comer. Me mira con tanta insistencia, tan sonriente, tan activa, tan...
En las caballerizas los caballos ya han comido de su pesebre y Chema los saca a pastar en la pradera. Me pide que le acompañe para que me acostumbre a tratar con los animales, dice que su mujer le ha contado mi episodio con el potrillo y que si quiero que me lo vende, que lo cuida y guarda hasta que sea grande y lo pueda llevar conmigo.
- Tengo que pensar si me lo podré permitir. No hace ni un año que empecé con mi pequeña empresa y aún es pronto para gastos extraordinarios.
- Tienes que dejarnos tarjetas. Todos somos empresarios de hostelería y de otras actividades y seguro que te saldrá trabajo en abundancia. Sin ir más lejos, tengo pensado reformar la cafetería de Fuente el Saz y es muy posible que hagamos una piscina dentro de esta parcela. Ya lo iremos viendo.
- ¿Cómo es el padre del potro?
- Es un caballo árabe, negro como el azabache, precioso. La crin y el rabo muy bien cuidados, con pelo largo, lacio y negro. En cierto modo y salvando las distancias, lo tiene tan bonito como tu. ¿Por qué lo preguntas?
- Te contaré algo, Chema: Anoche cuando Patro y yo estábamos perdidas y al borde de la extenuación, sentí que alguien me llamaba, que alguien me daba señas para indicarme el camino. El potro, al que yo ya llamo “Distinto”, me llamaba con un imperceptible relincho. Estoy segura de que si no hubiera sido por esa percepción, casi mágica, no nos hubiera quedado más remedio que pedir ayuda . Gracias al potro todo nos fue bien. Me gustaría poder quedarme con él porque se que entre los dos hay buena química ¿Te das cuenta cómo no se separa de mi? ¿Por qué me mira con tanta ternura?

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio