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viernes, 26 de septiembre de 2008

LAS PARTÍCULAS ESENCIALES

Tu voz era, como el ruído del mar o como el silencio que inunda las llanuras de mi tierra mesetaria. Tu voz era, como el silbido del viento que susurra por el camino que me lleva hasta la sombra de la encina, donde la brigada deja pasar las hojas del libro. A veces, mientras leo, noto como una brisa de caracola en los oídos ¿Te estarás acordando de mi? Al mirar al horizonte y observar cómo el gavilán vigila los surcos, entre azules y aleteos suaves y armoniosos, sin querer, se me ponen los ojos brillantes y se estremece el alma donde almaceno los archivos de la memoria ¿Estás a mi lado, imperceptible? Ya ves, son cosas que me pasan sin que pueda evitarlo. He llegado a creer que eres de la misma materia que mis partículas esenciales y que estás incrustada y entre tejida, como una parte más de mi. Será por eso, que continuamente me vienen oleadas, interminables, con los matices de tu voz y los filamentos de tu palabra cuando me decías, con aquella sonrisa, enhebrada de maravillosos sortilegios, que habías pensado en mi un poco, pero no mucho ¿Para qué necesito que vengas si habitas dentro?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

HAIKUS Y POEMA DE FUEGO

I
Hice un fuego
con cuatro hojas secas.
¡Arde silencio!

II
El humo tan gris
en hoguera tan roja.
¡Akguien vive!

III
Se incendia la luz
con reflejos brillantes.
¿Quién quema al sol?

¿DÓNDE UN FUEGO?
¿Dónde un fuego?
gritaba el andarín en su delirio.

¿Dónde el calor de lumbre
de paja de centeno y brasas de encina?
¿Dónde el caldero de leche recién ordeñada,
dónde el beso de la madre
y el balido de los corderos?
¿Dónde la fresca sombra
de los chopos y el almuerzo en la fiambrera?

¿Te acuerdas?

Traspasado el horizonte:
humo en las chimeneas,
campanadas en la torre...
olor a rosquillas y mazapanes.

¿Para qué vine si no estás?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

CUANDO SE PARA EL RELOJ.

lunes, 1 de septiembre de 2008

La decisión.

Nada de lo que me sucede es extraordinario, nada tiene trascendencia, ni va más allá que la propia cotidianidad de mis actividades, mis sentimientos y sensaciones, con respecto a lo que me depara la vida vulgar, de una chica vulgar, como soy.
Es la anécdota, la coincidencia, el cruce de los elementos, la correlación, el encadenamiento de las cosas que suceden por casualidad o, tal vez, por causalidad.
Marlene, llegó sobre las diez de la noche, cansada y abatida por su viaje a Toledo. A la vuelta tuvieron un percance con el coche, sin importancia, pero que les retrasó.
Aproveché para pensar, para escuchar música, para leer y también para acordarme de mi familia, de Abel y de paso, echar alguna lagrimita que otra ¡Qué le vamos a hacer!
Mi compañera y yo, hablamos de todo, de lo de ella y de lo mío, hasta las tres y media de la mañana. No hubo masajes, no hubo erotismo, no hubo sensualidad, no hubo nada más que conversación entre dos mujeres que se escuchan y se respetan. Me toca aprender de su superioridad y me viene muy bien.
He decidido que no llevaré la falda nueva al trabajo y que no me dejaré en el autubús. Es muy posible que vaya al trabajo andando. Es probable que cambie totalmente y que, de alguna forma, siente la cabeza.
Soy una mujer que necesita del amor. Soy una mujer que no lo busca como se busca una moneda, que nunca se encuentra. Lo que haya de ser, que sea. Naturalmente. Tengo sueño y ojalá sueñe con que mi sueño es habitado por el vacío total. A veces mis sueños son la prolongación de mis sufrimientos, de cada cien tortuosos, uno placentero. No quiero ni soñar. A ver qué me viene ésta noche, sin embargo quisiera que me viniera... sin tocarme, solo y que me pille desprevenida. Cierro los ojos y caigo en el abismo, por si acaso me muero dentro de un orgasmo universal.
Abel, pienso en Abel, más allá del hombre que no ve. Meto mi mano entre mis muslos y me dejo caer, caer, caer y me gusta, me gusta...
“Triste y sola, es verdad.! ¿Dónde hay miseria/ mayor? ¿Dónde más hondo desconsuelo?”./ Gaspar Núñez de Arce.