TRES HAIKUS DE TRONCOS y...
viejo tronco de pino.
Busca su océano.
¡Ni se despiden!
...................................
Me hice una casa con la puerta mirando al río. Desde la ventana alta, vigilo todos los días y alguna que otra noche de luna, por si viene algún pescador en su pequeña barca. Una vez pasó uno, tan deprisa, tan deprisa, que no me dió tiempo a invitarle a una sopa caliente. Mañana me marcho, no tiene sentido esperar a nadie frente a éste caudaloso río. Ahí queda la casa para el que la quiera. De mi, que nadie se preocupe. Mi próxima casa no tendrá, ni puerta, ni ventana, ni un triste río.