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viernes, 31 de agosto de 2007

EL BUSCADOR DE PALABRAS

El buscador de palabras estaba triste,
caminaba descalzo en la playa húmeda
y se dejaba lamer por la lengua de las olas.
Aún el sol era un proyecto y el rojo horizonte
le sonrojaba las mejillas ¡Si estuviera aquí!

El filo de una concha laceró la comisura
entre los dedos del píe derecho. Escuece.
No hay mayor dolor que el de la herida oculta
y sin pestañear almacenaba sonidos de gaviotas.
Si estuviera aquí colmaríamos sacos de palabras.

Avanzaba en soledad y cuando ya tuvo sombra
recuperó la compañía de su oscura otredad.
Si digo la palabra encina asomaría corteza,
si digo certeza se vislumbra duda.
Bajo la palmera recupera el impulso.

Sobran consonantes y faltan vocales.
A veces las palabras pesan tanto que se dejan
para los fuertes o los que tienen compañía.
Se eshibe el perfil dorado de una letra,
escarba y escarba y saca a flote su tesoro.

Vuelve a la casa y saca brillo al hallazgo.
La mira, la remira, la besa, la adora,
la envuelve en celofán y suspira hondo.
Su mirada indaga referencias en el techo,
se abraza a su palabra, espera y espera.

En su sueño la palabra se hace neón
y lo ilumina todo:

¡Tu nombre!

jueves, 30 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN JUEVES QUE NO SE LO DESEO A NADIE

"La tempestades
pare que persiguen
postes de la luz".

Estaba yo tan tranquilo cuando vinieron a decirme que se termina Agosto. Otro año esperando que vuelva pronto.

miércoles, 29 de agosto de 2007

LA IRRESISTIBLE FUERZA DE LAS NIÑAS

Cuando era niño la mayoría de las cosas que ocurrían en el pueblo, dignas de mención, tenían como marco incomparable el ámbito de la Iglesia. El señor cura pasaba todas las semanas por nuestra escuela para recalcar la necesidad imperiosa e imprescindible en nuestra vida, de acudir a la Iglesia a los actos religiosos. Nos insistía en que obligáramos a nuestros padres a que nos llevaran a la Misa de 12 de los domingos, que era obligatoria y que se quedaran con nosotros. Teníamos cuatro bancos reservados a cada lado del pasillo y junto al Altar Mayor. Los niños estábamos a la izquierda y las niñas a la derecha. Mi madre los domingos nos ponía guapos y nos vestía, cómo es lógico, de domingo. Me peinaba a raya y me daba un pañuelo bien dobladito con cuatro gotas de colonia. A veces ya salía corriendo cuando mi madre me llamaba: Evaristín, Evaristín, ven, que se me ha olvidado una cosa. Volvía y me ponía tres gotas de colonia en la frente, el cuello y los carrillos. Iba tan guapo y tan contento a la Iglesia. El retablo es impresionante, de madera tallada y policromada, estilo gótico rococó, de principios de S-XVII. Me fijaba en todos los detalles. Los cuatro Evangelistas y sus símbolos. Los doce apóstoles. Judas feísimo y con cara de muy malo. San Juan, guapo y con cara de muy bueno. San Pedro, serio y muy así como con cara de jefe. Observaba ensimismado cada uno de los matices de aquellos paneles religiosos. El Santo Cristo de mi pueblo es impresionante. Lo miraba de arriba abajo y daba pena, miedo, de todo. Aquella postura de crucificado en la cruz, me parecía de lo más incómoda y dolorosa. La corona de espinas con sus chorros de sangre, el costado con aquella herida tan sangrante, los píes tan huesudos y con aquellas uñas... El estar tan cerca de aquel retablo era un privilegio para nosotros los impresionables niños. La que más me gustaba era Eva cuando la echaban del Paraíso. Al cabo de los años me tenía aprendido todo el precioso retablo y los números romanos del gran reloj de pared. Me gustaba también la imagen de la Inmaculada. Una preciosa talla, copia del cuadro de Murillo. Cuando tenía seis o siete años ya me lo sabía de memoria así que empecé a fijarme en las niñas de la derecha y una fuerza irresistible se apoderó de mí. Las niñas iban tan guapas y tan bien peinadas que daba gusto verlas. Había una que se llamaba Angelines y que destacaba, pero a mi no me hacía ni caso. Otra que se llamaba Inesita, tampoco. Nina y Araceli me miraban pero no mucho. Había alguna que parecía mirarme pero no me gustaba. Un día apareció una niña nueva. Llevaba media melena de pelo negro y lacio, perfectamente peinada, no como las otras que siempre llevaban trenzas, o moños, o rodetes que parecían la Dama de Elche. Esta niña nueva era distinta, su sonrisa, sus ojos tan vivos y su piernas tan largas, porque llevaba el vestido más corto. Estaba junto a mi hermana y aunque tampoco me miraba, pensé que a lo mejor se hacían amigas y por ahí podría tener alguna posibilidad de trato con ella. Pero no, decía mi hermana que hablaba algo raro y que era muy chula, es decir, presumida. Cuando nos preparó el señor cura para la Primera Comunión, sus charlas eran largas y tediosas, pero algunas veces me gustaba lo que decía. El día antes de la Comunión nos hizo una pregunta. El que la respondiera bien, le regalaba un misal muy bonito, en latín. Aquella pregunta la respondí con acierto. Al ir a recoger el premio el señor cura pidió un aplauso para mí ¡Qué nervios! Al salir de la Iglesia todas las niñas querían ver el misal en latín. La nueva me dijo: la pregunta la tenía en la punta de la lengua pero no la quise decir. Como su acento era especial, pregunté: ¿De dónde eres? De Sevilla, chiquillo, de donde voy a ser y a mucha honra ¿Cómo te llamas? María José, pero mis amigos me llaman María Jo. Y contesté: María Jo... la niña que huele a ajo. Ella, que era más viva que no veas, replicó: Malaje, ¿pero qué dices? Huelo a azahar, a hierba buena, a todo lo mejor de Andalusía. Tenía razón. Nos hicimos muy amigos y me invitaba a su casa del Cuartel de la Guardia Civil, ya que era la hija del Cabo. Me invitaba a merendar y jugábamos a las cartas y a los mapas. Un día me dijo, muy triste, que a su padre le habían destinado a Ronda y que se iban para siempre. Pasé unos días muy apenado y nunca la olvidé ¿Qué habrá sido de ella?

martes, 28 de agosto de 2007

CARNE FRESCA

I
Bien sabemos lo que no queremos decir
y nunca hablamos de carne fresca.
Pulverizamos las palabras y el sentido
hasta dejarlas bien afiladas e ingrávidas.
Rebuscamos entre la maleza y el cieno
y de tanto ardor a uno de los dos
se le revienta el suspiro y grita el hallazgo:
¡Dios, qué a gusto se está contigo!

II
Tus palabras tenían sabor a carne fresca
y mi mirada se deslizaba por el borde de tus labios.
Tu boca era el brocal del pozo donde caer hundido
para estremecerme entre tus pechos que me reclaman.
La sed no se sacia con la sonrisa y la complicidad,
por eso apremia que vengas, por si el tiempo
no avisa que es hora de preñar la palabra instante.
Urgencia de tu saliva para atajar lo infinito.

III
La noche, que no tiene límites, esconde sombras
entre las callejas y los portales. Ahí está la luz.
Entre las líneas de nuestras manos se escriben
palabras de aliento que iluminan los pliegues
por donde deslizar la yema de los dedos.
Si me das la mano te llevo al baño de luna,
bajo bóveda de estrellas, donde lo convexo
excava tu arqueología de carne fresca.

lunes, 27 de agosto de 2007

TRES HISTORIAS EXTRAORDINARIAS, TRES

(vuela pluma)
I
El botón de la camisa.
Ayer domingo, sobre las ocho de la tarde, me dispuse a planchar las camisas. Precisamente a la que pensaba poner hoy, la faltaba un botón. Como a mi no me queda otra que hacer lo que haga falta e igual plancho un huevo, como frío una camisa y encima, no se me caen los anillos, me puse manos a la obra. Lo más extraordinario no es que acertara a enhebrar el hilo en la aguja, a la primera. Lo que merece la pena señalar es que me pasé la noche soñando con camellos que iban por el desierto y que no podían atravesar un determinado paraje que les llevaba hasta un paradisíaco oasis, porque no cabían por un estrecho túnel ¿Un túnel en el desierto? Como era imposible, mi sueño cambió y se puso a darle vueltas a la enorme viga del lagar de la bodega de mi padre. Más aún, seguía el sueño con el pajar lleno de paja y a mis primas y un primo, que me ayudaban a encalcar y hacer sitio para que cupiera un carro más del producto que mi padre traía de la era. Mi primo Bernardito, que es un día más mayor que yo, no paraba de decir que Angelines las llevaba blancas, que Pili las levaba negras y que Rosita, azules. Yo no comprendía mucho y menos cuando se le ocurrió decir a Angelines, que era la más simpática y más “payasita”, una frase que nunca se me olvida: “Se ve el telón, pero no la función”. Por el botón de una camisa, una extraordinaria noche. Esta historia no acabará aquí. Seguro.

II
El imperdible.
Cuando era niño mi madre usaba mucho uno de los inventos mas increíbles de la humanidad: Los imperdibles. Cuando tuve que salir de casa, con doce años, para ir a estudiar, mi madre me puso media docena de imperdibles en una cajita metálica de Laxen Busto, junto a varios botones, aguja e hilo de tres colores: blanco, negro y gris. Siempre vienen bien para cualquier apuro. Lo increíble de esta historia es que la semana pasada, en diferentes lugares, fui encontrando imperdibles y claro, los cogía. ¿Si los imperdibles son “imperdibles” por qué encontré seis? Algo raro pasa con las sencillas cosas de la vida.

III
La señorita de Damasco.
Agosto, cuatro de la tarde, metro de Conde Casal. Como es verano no hay problema de sitio para ir sentados en el metro ya que a esa hora el metro iba casi vacío. En la siguiente parada, Sainz de Baranda, entran una señora mayor, su hija y nieto, como de tres años, que ocupan los asientos de mi lado. Frente a mi se sienta una chica a la que no pude por menos que observar por lo llamativa y espectacularmente guapa. Pelo negro como el azabache y largo. Ojos verdes, escote abundante y minifalda vaquera. Trataba de que no se notara que se me iban los ojos ¿Qué pensaría la gente de mi? Así que yo disimulando. Cuando la miraba, ella apartaba la mirada, pero notaba que se había dado cuenta de que me llamaba la atención, como es lógico. Me decidí a mirarla abiertamente y me encontré con sus ojos que eran como taladros al rojo vivo, que se clavaban dentro del corazón. Irresistibles. Disimulaba y vuelta a caer en la tentación. Su escote magnético y maravilloso. Vuelvo a fijarme claramente y ella sonreía y mantenía la mirada en mi. Aquello era un suplicio. Al llegar a Avenida de América, las señoras y el niño salieron. La señorita se pone a mi lado y con su sonrisa como un... bueno, ya me entiendes, colega, se pone a hablarme en inglés (más o menos, por no andar ahora mirando): “Excuse me sir, please, ¿Are you a sirius man?” Dios mío, qué nervios. No, no soy sirio, soy de León. Entonces hablaremos en español, soy estudiante de Filología Hispánica. Mi padre es alto funcionario de la Embajada Siria, en Londres y somos de Damasco. Casi me cuenta su vida, tan atenta y simpática. Me bajé en Nuevos Ministerios y ella siguió hasta Ciudad Universitaria. Me prometió que si el azar nos juntaba otra vez... tomaríamos un té árabe y lo que surgiera (lo de que “y lo que surgiera” ella no lo dijo, ¿o si?), en su apartamento. Pues no ha habido manera.

domingo, 26 de agosto de 2007

TRES POEMAS BREVES

“El niño es el padre del hombre”.
(Wordsworth)
I
Corría detrás de las primas
para que no me dejaran solo.
Jugaba al escondite...
pero temía que no me encontraran.
Eran tan grandes las calles
y tan tenebrosas las sombras de las tapias...
Sólo fulgor de Luna permanece...

“La música se inventó para que me nombraras”.
(Anónimo)
II
Cuando pronuncio tu nombre...
dices que hay tormenta en la calle.
Si acaso pronuncias el mío...
es tanta la armonía y el matiz del sonido...
que sólo queda vibración, eco.
Faltan tus ojos y tus besos,
mi nombre en tus labios es tempestad.

“Se me ha privado de verte...
Y me dejaron ciego. Es por tu bien...
añadieron”
(Anónimo)
III
¿Te gusta el escote de mi vestido?
dices para que te vea los ojos.
¿Te gusta el perfume que me compré?
dices para que sepa que hueles a hembra.
Me encanta hacerlo junto al fuego,
dices para que piense en otras cosas.
¿Quién te dijo que soy alabastro?

sábado, 25 de agosto de 2007

AVE FÉNIX

Apoyada sobre la barandilla,
restregando mar e inclemencias.
Temblaba ante lo inmenso, pensativa,
cayeron lágrimas estrujando un clavel.

Hay tormenta y regresa en la bici
hasta la casa de las brumas y los riscos.
Toma un poco de anís y piensa...
Piensa... ¿qué va a ser de mi?

Se adormece junto a la chimenea y sueña...
sueña... con corceles negros y brillantes,
con una paloma blanca sobre el alfeizar
y una brisa que le restaure el alma.

¿Qué va a ser de mi? Melancólicamente
se deja llevar y se acuerda de Ítaca,
de las casas blancas, de las Islas Dóricas
y no hay nadie.. Sola. Siempre sola.

Puede que el amor sea desmayo
y la vida aproximarse a la muerte.
Si pudiera coger un navío hermoso,
o montar sobre las alas del águila...

¿A quién se lo podría contar?
La noche es tan profunda
y las antorchas que queman tanto
terminan de arder y está a oscuras.

¿Qué va a ser de mi? Mañana cambiaré
para ser más fuerte que un huracán
y cuidaré de mi rosal y de mi soledad.
Seré yo misma mi propio amor.

Amanece... abre los ojos y ve un espejo
sostenido por un ángel de paz y sosiego.
Tengo todo por hacer y ese olor a lilas
me dice que vaya en busca de belleza.

La espita del futuro derrama peripecias,
se acerca, poco a poco, a la acuarela de la vida
y observa el navío brillante al que impele
un ave fénix que la resurge ¡Vive!

¿Dónde está la casa de los ángeles?
¡La lleva dentro, señorita, la lleva dentro!
Y... emprendió el camino de la lucha
y la búsqueda. Nunca dejó de amarse.

viernes, 24 de agosto de 2007

MEMORIAS DE UN NIÑO LABRADOR

Yo tenía gran preocupación por mi madre. Era frecuente verla llorar y muy frecuentes también, las broncas de mi padre. En aquella casa los llantos de mi madre, míos o de mis hermanas, eran muy habituales. Siempre lloraba, y como ella lloraba, nosotros, que éramos tan pequeños, también. Un día llegó mi padre a casa y se encontró a mi madre llorando ¿Por qué lloras mujer? Porque vi venir a mi padre calle abajo y pensé que sería buen momento para que habláramos y él venía y avanzaba y avanzaba, pero al verme se cambió de acera y como iba con el carro yo sola y me vio tan cansada, me dijo: “Te cae bien, tienes lo que te mereces” y apretó el paso y yo quería hablarle pero me quedé tan paralizada que no me tuve la opción de replicarle, así que, llevo llorando como una tonta toda la tarde. Pues no llores, ya sabes como es. Olvida esas cosas y no te dejes hundir. Mi abuelo había echado de casa a mi madre porque era novia de mi padre y a mi abuelo no le gustaba mi padre porque era hijo de mi abuela, que en una ocasión no llegaron a un acuerdo en un negocio sin importancia y la sentenció: “no te volveré a hablar mientras viva, te lo juro”. Cuando mi abuelo se enteró de que andaban juntos le dijo: Si no dejas de salir con ese, te echo de casa. Mi madre y mi padre al saberlo, más salían juntos. Una noche de fiesta, mi abuelo vio cómo bailaban. Al llegar a casa mi madre, le dio una paliza terrible y volvió a amenazarla con que la echaba de casa. Unos meses mas tarde mi madre le dijo a mi abuelo que se pensaban casar. En ese momento mi abuelo echó a mi madre de su casa. Tuvo que ir a dormir en la casa de un familiar y pocos días después se casaron en la iglesia, a las nueve de la mañana, casi vacía, sin invitados, ni fiesta ni nada. Mi madre se había quedado huérfana de madre a los cuatro años y mi padre huérfano de padre también a los cuatro años. Mi abuelo materno se casó de nuevo y tuvo dos hijos con la segunda mujer. La hermana de mi madre al ver cómo era su padre, mi abuelo materno, se hizo monja de clausura. Mi abuela materna no se volvió a casar. Sea por estos motivos, o por otros, en casa no reinaba la alegría precisamente. Pero también disfrutamos de grandes acontecimientos y de muchos días muy felices. Mi padre tenía un carácter muy fuerte y variable, pero supongo que era bueno y más tarde se demostró que se querían de una forma increíble. De niño observaba atónito las gracias y las risas de mis padres, pero no sé por qué extraña razón, pronto volvía la tormenta y mi madre otra vez a llorar. Por las noches mi madre casi no dormía y por las mañanas aparecía con unas bubas en la comisura de los labios. Decía que eran calenturas, producidos por la mala noche que había pasado. Mis padres tenían unas costumbres muy singulares y que creo que venía de tradición popular y que en todas las casas se hacía el mismo, o parecido, ritual del saludo de por la mañana. Mi madre siempre se levantaba la primera. Al hacerlo mi padre, decía: “Buenos días” y mi madre contestaba: “Buenos días” y mi padre replicaba: “¿Descansaste?” y mi madre le contestaba: “Bien a Dios gracias y ¿tu?” y mi padre contestaba: “Bien, gracias” y así cada día, todos los días de la vida. Cuando mi madre estaba enfadada o digamos, disgustada, mi padre se levantaba y decía: “Buenos días” y mi madre contestaba: “Buenos días serán para ti” y mi padre: “¿Descansaste?” y mi madre contestaba: “Bien sabes que no, animal, que eres un animal, cualquier día te quedas más solo que la una” y mi padre contestaba: “Pues yo bien, a Dios gracias” y siempre seguía mi padre como pidiendo perdón y al poco tiempo a mi madre se le había pasado el enfado y mi padre cantaba en el trillo y mi madre mientras hacía las camas. Pero... mi madre lloraba mucho, pero mucho. Pobre mujer. Esas cosas tienen mucha importancia y dejan marca. Por eso, tal vez por eso, es imprescindible contarlo para que se entienda un poco mejor que ser un niño labrador era distinto y que lo viví de una forma tan cruel y tan terrible que faltaría a la verdad si no lo dijera.

miércoles, 22 de agosto de 2007

"EL BÚCARO TURCO"

EL BÚCARO TURCO

De regreso a casa, guardé tu recuerdo
bajo el búcaro turco con los lirios
y me dispuse a pasar la página
del inconcluso libro de la memoria.

Abrí las ventanas para que el viento
arrasara con todo lo que quedaba de ti.
Te alojé en un recóndito apóstrofe
donde no ocupas ni un ápice, y dormí.

La madrugada de fresco rocío lamió
la postilla de la herida interna
y me puse a silbar como pastor
sin rebaño ni perro que ladre.

Entre los juncos encontré un latido
de gorrión y le abrigué el vuelo.
El guijarro que arrojé al manso río
formó círculos donde te desvaneciste.

El búcaro tiene fragmentos irisados
de noches de Estambul y sempiternos
magnetismos que me engarzan
como si fuera una cuenta de tu collar.

Eres cimiento de lo inolvidable.

"POR SI TIEMBLAS"

Siempre ha sido el río de cerca de casa,
el que muestra los manantiales del color
y los aledaños de los armónicos que preciso.
De regreso, en la camilla, recopilo todo
y lo encalco en el pajar de los sentidos.

Ya ves, una simple sombra de chopo,
una brisa de amanecida, un graznido de grajo,
o tal vez el canto de una alondra,
y vuelvo a ser el de cuando el trigo en la era,
el escabeche y la mula enganchada a la noria.

Pero las praderas y maizales,
tan fructíferos y generosos,
no podrán restañar el pretérito de la madre,
ni el balido de oveja negra que fui cuando quería guitarra
y pelo hasta los hombros. Imagina.

Te lo digo a ti que casi no estás,
porque aún ni tan siquiera eres,
para que lo entiendas claro y conciso:
Soy huérfano de manantiales festivos
y armonías de risa. Una sima, un abismo.

Es hacerte partícipe de que tengas prudencia
para no sentirte acorralada y sola,
quizá, anillada a mi cadena.
Será mejor que poses tu mejilla
junto a la mía y respires hondo.

Por si tiemblas.

martes, 21 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN MARTES DE QUÉ SÉ YO

"De fondo suenan
rumores de cascada.
¡Nunca se cansa!".

Un sueño sin una mujer desnuda que te haga ver las estrellas no es un buen sueño.

lunes, 20 de agosto de 2007

"LA SIESTA"

Esta tarde de calima y sol de justicia,
me mantengo fresco con los cuarterones
y la falleba apretados, descalzo de todo,
abandonado sobre la colcha de piqué.

Entra por las rendijas una luz cegadora
que viene de la calle agostada y polvorienta.
El libro que leo me envuelve de odaliscas
o sirenas que embelesan al marinero.

No me da el sueño ni cuando la luna brilla,
ni mientras las estrellas se multiplican.
Así es casi siempre, de ahí las ojeras
y el rictus de tristeza que me adornan.

Es a esta hora cuando más reclamo tu abrazo,
cuando más extraño los pechos que me diste.
De estos materiales está curtida mi alma,
por eso se aburren cuando les hablo.

Es la siesta mi salvación, mi única isla
de absoluto dominio y real potestad.
Sin embargo la aprovecho para pensar en ti,
para reclamarte y echarte de menos.

Son las cuatro menos cinco y estás dentro,
entretejida entre sensaciones y placeres.
Eres una quimera que lo devora todo, tic, tac,
tic, tac, un come, come, un infierno.

Sigiloso viene el sueño y te acercas
con tu gran ofrenda, nace un alivio
y un ardor que levanta la bandera
para hincarla en tu territorio y hacerte mía.

Dura más el ansia que el destello
pero tiritan vibraciones de haberte tenido
y te tuve. Estiro la colcha y salgo.
Preguntan: ¿Porqué siempre tan triste?

Debe ser por la siesta.

HAIKU PARA UN LUNES DE YA ESTOY AQUÍ

"Mi mejor senda
tiene altos y bajos.
Me lleva lejos".

No escribí ni una sola palabara. Hay que ahorrar para cuando vengan las vacas flacas.

jueves, 9 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN JUEVES CON LÍO

"El viejo chopo
tiene tres ramas secas.
¿Cabello cano?":

Haré dos viajes: El que todos ven y el interior, que sólo a mi pertenece.

miércoles, 8 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN MIÉRCOLES FRESQUITO

"En taza de té
cabe todo un mundo.
¡Mira al fondo!".

La imaginación es un bien social y gratuito. Gracias a ella podemos ir tirando del carro de la vida.

martes, 7 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN MARTES CON SORPRESA

"Cada mañana
viene el jardinero.
Sonríe y se va".

Hay una historia que nunca podré escribir. Es esta: Una muchacha muy guapa lleva unos diez días sentada sobre la acera de la Calle Doctor Esquerdo, esquina con Estrella Polar, junto a la gasolinera, o en la acera contraria, según la sombra. Junto a ella un carro de la compra, como los de Carrefur, lleno de bolsas y creo que una maleta. Tiene escrita en un cartón la palabra "VALENCIA" como indicando que quiere que la lleven a esa ciudad. Siempre escribe en un cuaderno, siempre sonríe y parece aseada y se cambia de ropa cada día. Ayer se pintó la cara de blanco, no sé por qué. Al regresar a casa ayer, aminoré la marcha un poco para verla mejor. Aparenta unos treinta años y llama la atención su belleza y sonrisa. Estoy convencido de que más de uno le ha ofrecido llevarla a Valencia pero finalmente no ha querido. Da la sensación de que algo terrible, mentalmente, le ha pasado ¿Que habrá ocurrido dentro de su cabecita o de su corazón?

domingo, 5 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN LUNES EN CALMA

"Mojo la ropa
en el agua fresca del río.
Empapo de sol".

La soledad está tan sola que se atreve a andar desnuda por la casa. Al verse ante el espejo ve a una muchacha hermosa, llena de bondad. Se acostó conmigo y me ayudó a soñarla.

sábado, 4 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN DOMINGO CON RASTRO

"El remo rompe
las cristalinas aguas.
¡Veo lo profundo!."

La palabra adquiere un valor incalculable, porque cada vez cuesta más conseguirla.

HAIKU PARA UN SÁBADO SOSO

"Campos fértiles,
chopos que buscan cielo,
gracias al gran río".

"Una cosa más: he decidido dejar que Janeck me bese. Al final alguien me dará el primer beso, entonces que sea Janeck. Me gusta. (Rutka Lasquier)

Los paisajes son preciosos y están ahí siempre. Para visitarlos hay que elegir días propicios para la ternura y la emoción. En días opacos todo es opaco, incluso los preciosos paisajes.

jueves, 2 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN VIERNES DE YA ERA HORA

"La senda plena
de flores y perfume.
¿Para mi solo?".

"Niños pequeños estaban tumbados en la hierba húmeda, la tempestad enfurecía sobre nuestras cabezas. Los policías les pegaban ferozmente y les disparaban también. Estuve allí hasta la una de la noche. Luego escapé. (Rutka Laskier)

La primera vez que vi el mar me quedé paralizado y con los ojos como platos. Luego se puso a llover y pensé que era imperfecto. No debería caer agua donde sobra tanta.

miércoles, 1 de agosto de 2007

HAIKU PARA UN JUEVES DE COMO PASA EL TIEMPO

"Arando la tierra
picotean los pájaros.
Abonan los surcos".

Creo que mi feminidad se ha despertado dentro de mi. Ayer cuando estaba bañándome y el agua envolvió mi cuerpo, anhelé que las manos de alguien me tocaran. No sé que fué, no había probado nada parecido hasta entonces". (Rutka Laskier).

Ayer hablábamos de Bob Dylan ¿Por qué mientras más avanzo más retrocedo? Algo raro me debe estar pasando.